jueves, 24 de noviembre de 2011

Mi Dulce Locura Cap. 21 {Fin 1º Temporada}


La cabeza de Rose, descansaba en el pecho cubierto de Eric, dormida como si estuviese en un trance. Ese día fue una montaña rusa emocional para Rose, y Eric lo único que podía hacer era estar a su lado, y siempre apoyarla. Eric caminaba normalmente, cargando el cuerpo de Rose entre sus brazos, sobre el suelo de barro cubierto con hojas resecas. Él en el fondo sabía que uno de esos momentos no era para tomarlo como chiste, o con humor, sin embargo, disfrutaba el momento junto a Rose; sentir el aroma de su cabello entrando por sus fosas nasales, el perfume que ella desprendía de su cuello, sus gruñidos molestos inconscientes a causa de su profundo sueño, y cada vez que arrugaba la nariz, en el momento que abría la boca, era lo que más amaba.

Caminó cinco minutos más y llegó cansado a la casa de Leticia. Ella no dijo nada, tan solo miró piadosa a su hija, preguntándose como habían llegado hasta allí, hasta ese desastroso punto donde la verdad ya había sido descubierta pero de la peor forma. Subieron hasta el cuarto que estaba apartado para Rose, y Eric se encargó de cobijarla, y taparla. Dejarla suavemente en los brazos de Solfeo para darle fuerzas para el día siguiente.

Eric salió del cuarto suspirando, ansioso e inquieto a la vez, bajó las escaleras cansado del drama del momento y miró fijamente a Tomas y a Leticia, que se encontraban sentados juntos, mirando inquietos a Eric.

-¿Cómo se encuentra?- preguntó Tomas, algo desafiante.

-Estable.- rodeó el sofá y se sentó sobre éste, enredó los dedos de ambas manos y soltó un suspiro agotador -Cuando intentaba escapar en el bosque, cayó brutalmente en el barro a causa de una raíz de un árbol que sobresalía. Tiene el pie torcido, si es que no se lo quebró.

-Dios...- susurró Leticia, aprisionando su cabeza para retener sus pensamientos. Miraba temerosa el suelo, intentando resolver con su mente, la culpa que atormentaba su alma -¿Qué haremos? Rose nos odiará hasta le eternidad.- dijo dirigiendo su mirada a Tom.

-No lo sé querida, pero ya verás que pronto resolveremos esto. Lo juro.- dijo abrazando a su esposa, abatido por la situación donde se encontraban.

Horas más tarde y la oscuridad de la noche se apoderaba de los cielos. El lujoso auto negro de Jesse llamaba mucho la atención de los estudiantes, él y Clara iban a bordo. Clara estaba ansiosa por ese gran día, pero, Jesse... tan solo fingía risas y sonrisas para no preocupar a su hermana, algo que no funcionaba mucho ya que Clara ya sabía lo que ocurría.

Evelyn y Nicholas compartían con sus amigos, disfrutando del cálido ambiente del cual eran parte. Sin tener razón por qué, Jesse había terminado su amistad con Nicholas, de un día para otro, sin decirle razón alguna, simplemente no lo quería ver. Al principio si dolió, y jamás dejó de preocuparse por su amigo, pero Nicholas decidió acatar la decisión de Jesse, simplemente porque sabía que Jesse estaba destruido tras la despedida de Avril. Nunca en su vida había visto a su amigo tan enamorado, ni siquiera de Jessica.

Nada ha cambiado en esos dos años: Jesse nunca dejó de amar y extrañar a Avril, Rose y Eric siempre se amaron en secreto, Clara decidió dejar de preocuparse por el amor, y simplemente concentrarse en sus estudios, y finalmente, Evelyn y Nicholas estaban perdidamente enamorados. Todo seguía siendo exactamente igual, pero de alguna forma, diferente.

Las risas, y las tonadas de baile se escuchaban hasta afuera, donde había un ambiente algo frío, y solitario. De la nada, había aparecido un auto muy familiar, no uno formal, ni el más pobre, pero tenía ese toque hogareño que tanto agradaba. La puerta derecha de adelante se abría mientras que en el suelo aparecía un pie cubierto con un zapato de tacón, muy fino. Era Rose, vestida de elegantemente de un vestido blanco, dejando al descubierto un agradable corte corazón en el lugar del pecho. Caminó hasta frente del auto y esperó hasta que Eric saliese del auto. Los dos se miraron seriamente, y Rose, no dándole tregua, caminó frente a él, ignorándolo por completo, caminando derechito hasta el evento de su graduación. Eric suspiró perspicaz y literalmente corrió hasta Rose, tomándola del brazo.

-Rose, ¿Hasta cuándo estarás molesta conmigo?- le miró suplicante -Yo no fui el culpable de lo que pasó.

-No, pero eras el cómplice.- dijo despiadada, en un tono frío intentando destruir lógicamente a Eric -Oh y sobre cuánto tiempo, déjame ver... tengo 18 años, 18 años donde estuviste mintiéndome, así que 18 años más tendrán que pasar para que te perdone.

-¿Y qué pasó sobre nuestra confesión de amor? Se suponía que ya lo habíamos conversado, y reconciliado.- contestó harto.

-Pues... solo por un segundo, pero recapacité y me di cuenta que no mereces perdón.- gritó enojada y se acercó peligrosamente hasta él, mirándolo fríamente -¡No puedo creer que la única persona que en verdad quería me haya mentido en la forma que tú lo hiciste! Eres despreciable, un mentiroso, un...

Sin querer oírla más, Eric tomó cruelmente el mentón de Rose e impregnó sus labios sobre los labios de ésta. Estaba harto de que Rose le echara la culpa de algo que cometieron sus verdaderos padres. Los padres de Eric, simplemente estaban felices de recibir a una nueva hija.

Estaba molesto, digo, entendía el punto de Rose pero también debía saber entender el otro punto. Sus padres biológicos eran muy jóvenes para cuidar de una bebé; y sus padres adoptivos felices le abrieron las puertas de su hogar. Jamás pasó hambre, o frío; de hecho al contrario, siempre vivió en amor y armonía. Era un crudo golpe, pero ya era adulta, debía seguir.

La forma en que la besó, no era la forma en que quería besarle. Tan solo fue un impulso, y la verdad, al verse el beso tan desprevenido, no le gustó para nada. No sentía el amor que en verdad le tenía y por eso la dejó libre, en el momento preciso que ve como es metido en serios problemas. Todo a causa de la presencia de sus padres.

Eric escondió detrás de su espalda a Rose, temerosos de la escena que sabían que se adentraría al momento.

-¡¿PERO QUÉ DIABLOS FUE ESO?!- gritó enojada la madre de Eric, acercándose como un depredador asechando a la presa.

-Mamá, cálmate por favor.- le rogó Eric a su madre, mirándola asustado.

-¡Nada de calma! ¡Estabas besando a tu propia hermana! ¡La familia no se puede relacionar entre sí!- grita más furiosa.

-¿Qué? ¿Eric y yo?- contesta Rose, entrometiéndose entre ellos dos -Oh... es probable que no te hayas enterado de las últimas noticias.- contesta en un tono frío y cortante, primera vez dirigido hacia su madre. Se acerca lentamente a ella, con una postura dura y cruel -Ya me enteré que soy adoptada, ¡y que todos ustedes me estuvieron mintiendo todo este tiempo!- grita furiosa.

La madre de Eric no tardó en reaccionar ante el ataque de ira de Rose. Alzó la mano y abofeteo fuertemente a Rose, provocando que ésta cayese al suelo.

Los primeros segundos, no lograba captar la gravedad del asunto, pero tuvo que voltear a ver a Rose, quien aún estaba en el suelo, sangrando y llorando, para ver lo que había sucedido.

-Rose, hija... yo.

-No soy tu hija, no me vuelvas a decir así.- se levanta lentamente del suelo, y mira triste a su ex madre -Fue un placer, señora Stone.- sin voltear atrás, sin siquiera volver a mirar a Eric, camina lentamente hacia el final de la calle.

Eric miró compasivo la forma en que Rose caminaba y soltó un suspiro enflaquecido, lleno de dolor e ira por lo que acaba de pasar. Lo único que la mente de Eric se preguntaba era tan solo una cosa: "¿Se volverían a ver?" Ya que sabía que algo había cambiado, y el toque se había ido. Quizá su amor nunca fue suficiente para ella, y eso se lo lamentaría hasta el fin de los tiempos.

Dentro de la fiesta, la atmósfera se había puesto algo romántica. La música de los 80' se apoderaba del respirar de todos los presentes, habían pasado 3 horas y sorprendentemente ya se habían cansado.

-¿Y si nos acercamos con los chicos?- pregunta Clara, ingenuamente a su hermano.

-¿Enserio debemos?- dijo con poco ánimo.

-Si, es mi graduación y cumpliremos mis deseos- sonríe y toma la mano de Jesse. Se dirigen hasta la mesa donde se encontraba Evelyn y Nicholas. Las miradas incomodas de Jesse y Nicholas se cruzaron, ambos cabizbajos y nerviosos.

-¡Hola Evelyn!- saluda amablemente Clara a Evelyn, con un caluroso abrazo -¿Cómo lo estás pasando?

-Pues bien, con este muchachote quién no la pasaría bien.- mira seductora a Nicholas, quien le devuelve una sonrisa. -Si nos disculpan, me robo a Clara por un momento.- Toma a Clara del brazo y se alejan de allí.

Caminaron hasta la terraza, lugar donde se encontraban las pobres chicas despechadas. Evelyn miró curiosa a Clara, mientras que ésta aún no entendía por qué se la había llevado de la pista de baile.

-¿Qué pasa?

-Solo quería preguntar, cómo se encontraba Jesse.

-Cada día extraña más a Avril, pero se ha acostumbrado a vivir con ese sufrimiento. Duele verlo así pero he intentando de todo para borrar su tristeza.

-¿Entonces... sigue enamorado de Avril?- pregunta ingenua, con una gran sonrisa en su rostro.

-Si Evelyn, es lo que te acabo de decir- contestó fastidiada.

-¿Qué crees que haría Jesse si la volviese a ver?- pregunta suavemente, con una deslumbrante sonrisa sobre su rostro.

-Bueno... volvería a nacer, la buscaría donde sea que esté tan solo por verla otra vez. Pero... ¿por qué te interesa tanto mi hermano?- pregunta confundida.

-Porque sé donde se encuentra Avril, sé la localización exacta...
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Bueno esto fue toda la primera temporada. Quizá no muchas la veían, pero para la gente que la vio, y se decepcionó con el final, quiero decirles que... todo es de improviso. Pronto comenzaré la 2º temporada como si nada, e intentaré hacerla lo más corta posible :$

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