sábado, 5 de noviembre de 2011

Luz de mis Ojos //1º Episodio// {Error y Castigo}

¡Hola! Este es el primer capítulo estreno de esta loca historia de amor que a mí se me ocurrió escribir :$ Ojalá les guste.
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Ocho y media de la mañana, y Hermione Granger por primera vez estaba llegando tarde a sus clases favoritas, Artes contra las artes Oscuras. Se vestía con bastante velocidad, mientras maldecía el nombre de Ginny por no haberla despertado a tiempo, sabiendo que a ella le encantaban estas clases, principalmente si el profesor Snape las daba. Una atontada sonrisa se dibujaba en su rostro al recordar tales ojos negros que siempre la provocaban suspirar. ¿Cuando se había enamorado de aquel hombre? No lo recordaba ni ella misma, simplemente, pasó.

Mientras tanto, el salón donde el profesor Snape daba sus clases, por primera vez en mucho tiempo, estaba silencioso, y era escalofriante. Severus se encontraba algo distraído, a causa de tener tantas preguntas dentro de su cabeza, pero eso no se lo daba a conocer a sus alumnos, al contrario, se ponía más inflexible a cualquier movimiento de ellos. ¿Dónde estaría esa chiquilla? ¿Por qué no estaría en su clase? ¿Estaría bien? Ella jamás había faltado a una clase suya... eso era lo más inquietante.

Entonces, cuando la esperanza de no verla en su clase se había esfumado, ella aparece en el umbral de la puerta como una diosa iluminaba por los rayos del sol que traspasaban el vidrio de los viejos ventanales de Hogwarts. Severus la contemplaba en silencio, intentando que nadie se diera cuenta de lo que sus ojos miraban. Entonces... la burbuja se rompió. Se levantó de la silla de su escritorio y la vio con unos ojos enfurecidos.

-La clase iniciaba a las 8 Am, Granger... no a las 9 Am.- cruza los brazos -¿Algo que decir?

-Me...- se intimida con tal mirada del profesor que provoca que se le caigan los libros. Los recoge rápidamente y le mira seria -Me quedé dormida.- los alumnos del salón, sobre todo los de la casa de Slytherin, reían. Las mejillas de Hermione se turnaron rojas como tomate, mientras bajaba la mirada.

-Tome asiento Granger- Hermione le hace caso y se sienta al lado de Ron, por su lado, Snape le dio la espalda y grita -10 puntos menos Gryffindor y castigada por una semana señorita Granger.

-¡¿Pero qué...?!- grita enfurecida, Hermione.

-¿O acaso prefiere que sea un mes?

Niega con la cabeza, mirándolo con un odio inmenso, pero que por un lado, se mezclaba con una inmensa alegría, mientras que Snape le miraba con algo de ansiedad.

La clase había terminado, y mientras que todos salían de clases, solo 3 alumnos se quedaron dentro de esta.

-¿Estarás bien, Hermione?- pregunta ingenuamente Harry -Si quieres le damos un conjuro a Neville para que tome tu lugar.

-Estaré bien chicos, no se preocupen.- sonríe amigablemente.

-Es muy rara esta situación- dice agregándose a la conversación, Ron, mirando ingenuamente a Hermione -Tú nunca haz llegado tarde a una clase, menos si se trata de Snape.

-Ayer me quede despierta hasta altas horas de la noche y ni siquiera me había dado cuenta de que no había programado la alarma...- rueda los ojos -Encima Ginny no me despertó.

-¿Pero de qué hablas Hermione?- vuelve a entrometerse Harry -Ginny ha estado en la enfermería toda la semana, ¿acaso no lo recuerdas?

Los ojos de Hermione se turnaron confusos, llenos de incógnita. Era cierto, Ginny padecía de gripe hace más de una semana, y ella lo había olvidado. La pregunta era, ¿cómo lo pudo haber olvidado? Estaba más loca de lo usual...

-Dios... se me había olvidado- dijo tímidamente.

-Si que estás mal de la cabeza Hermione.

-No te metas Ron, si estudiaras tanto como yo lo hago, te pasaría lo mismo.

-No creo que eso pudiese pasar.

-Aún es barato soñar.- contesta finalmente.

-¡Ustedes dos!- gritan desde su escritorio- Fuera de aquí.

-Nos vemos Hermione- dicen los dos al mismo tiempo, "escapando" de Snape. Hermione lo ve con cierta incertidumbre a los ojos, preguntándose qué clase de castigo podría darle a ella. Era inquietamente excitante pensar en el castigo que Snape le asignaría.

-¿Cuál será mi castigo?- pregunta sin mayor clase de rodeo.

-Les daré unas cuantas clases extras de magia.

Hermione se sintió bendecida, si era cualquier cosa de aprender, ella lo haría con placer. Pero se preguntó, ¿tan solo eso era el castigo? Pues ella lo tomaba como todo lo contrario, sin dárselo a conocer a Snape.

-Pero no practicaremos aquí, lo haremos en el bosque prohibido, en un refugio que tengo apartado.

El estomago de Hermione se endureció. Odiaba el bosque prohibido, sabía que había muchas criaturas mágicas, no es que odiase a esas criaturas, pero simplemente tenía miedo de que apareciese un gigante como la otra vez e intentase comérsela. Pero esta vez, estaba con su profesor, ¿qué mal podría pasar? A no ser que Snape planeara que se la comiesen, y eso la espantó.

-Ok, andando- tomando unos libros, él profesor Snape ya estaba listo para ir a su refugio. Camina rápidamente, esperando a que Hermione le siguiera el paso. Luego de unos cuantos segundos, Hermione reaccionó; tomó sus libros y corrió hacia el profesor Snape.

Varios minutos después, ya se adentraban en el bosque prohibido. Sin haber dado ni una sola palabra, escuchando tan solo las ramas que rompían al paso que caminaban y el sonido natural del bosque. Hermione miraba insegura cada rincón del bosque, sin que al Profesor Snape pareciese importarle. De repente, Hermione se queda varada debajo de un árbol, sin querer seguir caminando.

-No puedo seguir- le gritó con temor.

El profesor Snape le miró intolerante y le gritó -¿Qué prefiere Granger? ¿Más castigo acaso?

-¡Es enserio! Presiento que alguien se oculta más allá.

-Oh... la niña buena tiene miedo, qué horror- el profesor Snape da 5 pasos lejos de ella y de repente comienza a flotar por los aires. Hermione mira espantada como Snape está siendo elevado por los cielos por un gigante que al parecer no tenía un buen carácter.

-¿Pero qué carajo...?- preguntó Snape, algo acelerado. Intenta encontrar su varita dentro de su túnica y no la encuentra ya que al parecer había caído al suelo segundos después de que fuera elevado contra su voluntad.

Hermione inconsciente de lo que pasaba, eleva su varita y grita despiadada -¡Reducto!- y al mismo momento este revota en el gigante, haciéndolo deshacerse en mil pedazos. Mientras que Severus cayendo a la velocidad de la luz, Hermione vuelve a elevar su varita y dice en susurro -Aresto Momentum...- haciendo que Snape caiga lentamente sin hacerse daño alguno. Hermione corre rápidamente hacia él y se agacha para observarlo mejor, muy preocupada -Profesor, ¿se encuentra bien?

-Si, si, si...- la empuja levemente, haciendo que Hermione caiga a un lado de él. Severus se levanta rápidamente -Gracias Granger- le ofrece su mano para que se levantase. Hermione la acepta sin pensarlo dos veces y este la levanta tan brutalmente que hace que ambos queden a tan solo centímetros de distancia.

Los ojos oscuros de Snape penetraron los de Hermione, haciendo que Hermione se quedara inmóvil y débil a tal contacto que le provocaba entumecer. Los ojos de ella se cerraron lentamente, mientras que sus labios dejaban al cubierto su rosada lengua que estaba dentro de su boca.

Esto provocó como un insulto pero al mismo tiempo un sentimiento jamás sentido antes. Los silenciosos gemidos que Hermione estaba provocando en Snape se silenciaron de la nada cuando Snape en vez de dirigirse la boca de esta, se dirige a la mejilla. De inmediato Snape se preguntaba, ¿qué rayos hacía? Hermione se avergonzó del momento, y siguió adelante con el camino. De inmediato Snape tomó la delantera.

Finalmente llegaron al refugio y Snape usa el conjuro de "Appareo" para aparecer el refugio, ocultándolo de los demás. También usa el conjuro de Aloho Mora para abrir la puerta que se encontraba cerrada. Hermione se fija en cada pequeño detalle de la sucia casa donde Snape se escondía del mundo exterior. Era un pequeño lugar que estaba algo desordenado sin contar con muchas cosas, no más que un pupitre y una mesa delante de ella acompañada con una silla y atrás de esta una ventana. Quizá no era invisible en lo exterior, pero por dentro se podía ver todo lo que ocurría.

-Vamos a practicar tu Expecto Patronus, supongo que su novio Potter se lo ha enseñado.

-Harry no es mi novio, pero si...- asiente con la cabeza -Él si me enseñó como se hace un Patronus.- sonríe ambiciosamente, causándole furor a Snape.

"Esta chiquilla estaba más adelantada de lo que creía" se decía constantemente en su cabeza y eso le fascinaba pero le molestaba al mismo tiempo que otro Potter interviniese en su camino. Pero, ¿en qué estaba pensando? Se prometió a sí mismo que dejaría de pensar en Hermione como algo más que a su alumna.

-Bien... entonces practicaremos... una batalla.

-¿Una batalla?- pregunta Hermione con los ojos abiertos como plato.

-Si usted es tan buena hechicera como se cree y si sabe usar un Patronus, entonces esto será pan comido para usted, ¿no cree?- pregunta con una sonrisa burlona dibujada en su rostro frío como una tarde de Invierno.

-Pero es que... no creo que sea prudente.

-Yo no pienso eso.- se pone en una postura de ataque. -Tome su varita Granger.- abre la puerta de su refugio y pone un hechizo para ocultarlos de cualquier criatura viva que este a 10 metros de distancia.

Hermione toma un ligero respiro y decide salir del refugio de Snape. Toma su varita, algo insegura de sí, pero después de todo, no tenía de otra, ese era su profesor y este su castigo.

-¿Preparada, Granger?- Hermione, incapaz de decir cosa alguna, tan solo asiente con la cabeza, con algo de miedo.

Severus eleva rápidamente su varita y pronuncia un hechizo rápido -¡Hives Hex!- este revota en Hermione y en cambio ella, grita otro con una fuerza brutal.

-¡Brackium Emendu!- este también revota en Snape, continuándose así los siguientes encantamientos y maleficios.

-¡Confundus!- grita Severus.

-¡Cruciatus!- al usar este maleficio, Severus abre los ojos como plato y se lanza a la tierra para escapar de este maleficio. Vuelve a elevar la varita y grita -¡Expelliarmus!

Esto hace que Hermione caiga al suelo, sin saber dónde cayó en realidad su varita. Desesperada al no tener su varita y ver que Severus se acercaba más a ella en una postura de ataque, le lanza tierra, haciendo que Snape cierre los ojos aturdido. Busca su varita y la apunta contra Severus, gritando -¡Waddiwassi!

Este hechizo convocado por Hermione provoca que Snape vuele lejos, chocando con un árbol. Este choque produce una contusión en Snape, haciéndolo desmallarse de inmediato. Hermione corre desesperada hasta su amado, poniéndose a llorar sin poder parar. Acaricia su pálido rostro e intenta decir cosas suaves para que despertase. Pero no funcionó.

Al hacer contacto con su cabeza, se da cuenta que ésta sangraba, esto la alarmó mucho más. Tomó su varita y conjuró un hechizo.

-Curse Alleviation- susurra, ya que su voz no salía por el asombro. Esperó expectante algún efecto. Severus por el momento no hacía nada, pero segundos después, cuando Hermione se ahogaba en su llanto al creer que su hechizo no funcionó, Severus se mueve un poco, esto le dio una nueva esperanza a Hermione.

Esta lo gravitó hasta dentro de su refugio, dejándolo en la mesa. Tomó varias hojas de los árboles y conjuró el hechizo de Agguamenti para aparecer el agua que no se encontraba en el bosque.

Entró nuevamente hasta donde su amor secreto se encontraba y pasó la hoja con agua sobre su cabeza para limpiar la sangre de la herida en su cabeza. Lloró y se maldijo a sí misma por haberle hecho cosa tan brutal a su amado.

Tomó su mano maso menos por media hora y diciéndole cosas dulces para que despertase, ya que ella misma, la tonta, llamándose a así misma, olvidó por completo el hechizo curador. Ya quedándose dormida y viendo que Snape no despertaba pero que definitivamente si estaba vivo, toma su varita y decide hacer algo bueno por este decidiendo jamás confesárselo a alguien, ni siquiera a sus amigos.

-
Cave Inimicum- pronuncia dulcemente, cerrando los ojos. Este encantamiento es uno de los más poderosos encantamientos protectores. Quizá no le ayudaría para que Snape despertara justo ahora, pero si serviría para que nadie lo dañase.

Ya casi dormida Hermione, después de una hora y sin que Snape despertara, se espantó mucho más que antes. No despertaba, aunque rezase no pasaba nada y estaba muy preocupada y por ende, se sentía muy culpable.

Corrió hacia donde estaban sus libros y busca un hechizo sanador de heridas graves. Buscando y buscando, no apareció nada en su libro, lo que le provocó frustración. Buscó en todos sus libros y tampoco había nada, entonces decidió buscar en los libros de su querido profesor, y finalmente encontró algo. Nuevamente eleva su varita y completa seguridad, conjura el encantamiento.

Vulnera Sanentum!- cinco segundos después, el profesor Snape ya había despertado, sin poder moverse a causa de sus dolores físicos. Hermione no dudó más y corrió nuevamente hacia él, abrazándolo con tal fuerza que Snape se sorprendió de su fuerza.

Severus se dijo a sí mismo que no era lo correcto, y que debía despegarse de ella antes de que fuera muy tarde, pero... le dolía todo y en verdad, disfrutaba ese reconfortante abrazo que Hermione le daba. Dios... ¡Esa muchacha lo tenía embrujado!

-Lo lamento, profesor... Fui una tonta.

-No lo lamentes, hubiese hecho lo mismo si no me hubieses tirado tierra a los ojos.- sin querer, se le dibuja una sonrisa resplandeciente, llegando al corazón de Hermione.

-Potter te ha enseñado excelente.

-Harry es un excelente mago y eso no lo discuto, pero todo lo que he aprendido hasta ahora es gracias a usted- sonríe algo avergonzada. -Y a pesar de que sea un viejo profesor amargado, frio, cruel, calculador...

-No te he dado la confianza para que me trates de esa forma, Granger- dijo enojado.

-Es mi profesor favorito- eso llegó directamente al corazón de Snape, pero escondió su asombro y emoción muy dentro de él mismo. Se levanta con dificultad, entonces Hermione va a socorrerlo, pasando un brazo de él sobre su hombro. Severus se sintió como un torpe bueno para nada. Permitir que una mujer lo estuviese tomando, era totalmente último.

-No estoy tan débil como lo cree, Granger así que déjeme- empujó lejos a Hermione, dejándola triste y como una boba al intentar hacer algo bueno por él. Snape le miró algo triste y arrepentido -Yo no...

-Déjelo, ¿está fuerte de nuevo? Bien, intente caminar solo por el bosque prohibido.- Guarda rápidamente su varita en su bota y truena los dedos diciendo finalmente -Disparitio- desapareciendo totalmente del lugar.

Snape sintió un sentimiento de culpa horrible dentro de si. Agachó la mirada y susurró -Lo siento...- seguidamente de caer al suelo por su debilidad.
 

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