Miley aún no racionalizaba, y por eso había decidido seguir leyendo el libro. Leía con gran atención, y al estar cerca de una playa, la ayudaba a concentrarse pacíficamente de lo que leía. Todo eso parecía una leyenda, era increíble lo que sus orígenes eran, o la historia de ésta. Dejó el libro de lado, y se levanto de la fría arena. Comenzó a caminar hasta la orilla, teniendo el libro entre dedos, pensando sobre lo que acababa de leer.
Miley POV:
“¿Cómo era posible esto? ¿Cómo era posible que Marie y yo fuésemos hermanastras? ¿Acaso era esto lo que me ocultaba? Tantas preguntas y ni siquiera está Marie para que me las aclare. Por otro lado… Louis nació muerto, pero al mismo tiempo nació vivo… ¿qué diablos es esto? No entendía. Había magia negra detrás de todo esto, eso era lo único que sabía con seguridad, pero aún así, era mucho… supongo que me tendría que adaptar a la idea de que mi vida y todo lo que la rodeaba era… fuera de lo común…”
Entonces los minutos pasaban y Miley se había dado cuenta de que si descubría la forma de matar a Louis, descubriría la verdad de Marie. Así que seguiría buscando la forma de llegar a Louis, pero… ¿cómo? Ya no tenía poderes, había perdido la única forma de volver a tener a Nick entre sus brazos por un libro que aunque la haya ayudado en algo, no daría éxito con el paradero de Nick. Miley volvía a caer en depresión a causa de aquello.
Volvió a sentarse en la playa y al notar la presencia de lluvia, se cubrió con el gorro de su sudadera y se traslado hasta debajo de una gigantesca roca a unos metros lejos de la orilla. Lo ventajoso de aquel lugar, era que aún era un lugar natural sin que la mano del hombre haya interferido con el paisaje. La poca gente que vivía entre Rosmoclupo y Ferliantropolis, eran granjeros, y muchos de ellos exiliados, quienes optaron por salirse del territorio de ambos reinos, que solamente eran lugares de guerras.
Miley despertó molesta al encontrarse con un ligero rayo de sol que justamente iluminaba sus ojos. Se sentó y maldijo el día, luego se dio cuenta que era de día y debía seguir con la búsqueda. Pero… ¿cómo lo haría? Se sentía desprotegida, como si fuese un bebé perdido buscando a su madre.
Caminó un rato, naufraga, por el sendero del bosque, escuchando solo los sonidos de la naturaleza. Entonces, aquellos sonidos fueron muchos más fuertes, pero no eran con esa alegría pegajosa de antes, al contrario, los pájaros volaban espantados, las ardillas se escondían en sus hogares, y los topos, debajo del suelo. De repente la atmosfera fue mucho más pesada, pero… ¿qué había pasado? Miley no lo entendía, se mantenía con el gorro puesto en su cabeza y con sus manos escondidas en los bolsillos. Quizá se arrepentiría después, pero decidió salir a investigar qué había sucedido.
Miley caminó cautelosa y silenciosamente hasta que llegó a una clase de ruinas, que estaba frente a frente a un lago de agua cristalina, que mucho más allá se veía una pequeña clase de cascada. Se escondió entre dos árboles y vio a dos hombres, vestidos de trapos simples y humildes. Colgó su mano entre una de las hojas y escuchó con atención a lo que los dos hombres hablaban.
-¿Estás seguro de que esto es lo que pidió Louis?- preguntó el hombre gordo, anonadado por supuesta petición que le había hecho Louis.
-Marcus, he estado en el mismo salón que él durante una semana, creo que es obvio que la respuesta es un sí.- dijo el hombre delgado, que Miley no pudo ver nada más que la silueta de éste. Ya que tenía tapado todo su cuerpo, sin embargo, esa voz ya la había escuchado antes…
-Bien, pero me tendrán que pagar el doble después de esto.
-No te preocupes campesino, tu recompensa será inmensa.- dijo el hombre delgado, en un tono satisfactorio.
-Bien, nos vemos.- dijo el otro campesino, retirándose de aquel lugar.
Miley se quedó viendo a aquel gordo campesino alejarse por completo, y por estar tan preocupada de él, perdió el equilibrio y cayó del árbol dónde justamente en ese momento no se afirmó, cayendo a unos pocos metros del otro campesino delgado. Miley se halló en el gran dilema de encontrarse desamparada frente a aquel hombre misterioso que no dejaba ver su rostro.
No sabía que diablos hacer, pasó bastante rato y nada parecía moverse, fue como si el tiempo se hubiese detenido en aquel momento que Miley cayó. De la nada, y sin aviso alguno, aquel hombre comienza a correr lejos de ella. Miley no lo dudó más y salió persiguiéndolo. De una vitalidad brutal que no sabía de dónde había salido, Miley ganó velocidad y alcanzó a lanzarse encima de éste hombre, lo volteó y se quedó sorprendida al darse cuenta de quien se trataba. Se apartó de inmediato de él, sin dejar de mirarlo paralizada.
-Eres el gran ladrón de Rosmoclupo, eres Edward Pattinson.- dijo Miley, anonadada
-Si y tú eres la heredera al trono de Ferliantropolis, gran cosa…- dijo él en un tono de sarcasmo, molesto.
-¿Qué es lo que ha pedido Louis?- preguntó Miley, seria. Ambos parándose del suelo.
-No es de tu incumbencia.
En ese momento, Miley estalló de la rabia, y sacó una navaja que estaba dentro de su brasier. La abrió y tomó fuertemente el “miembro” de Edward, rozándolo con la navaja. Edward sudaba en frío, cualquier movimiento y podría terminar en tragedia. Miró fijamente a Miley y simplemente la escuchó atento.
-Escúchame bien desgraciado, bueno para nada… si no me dices qué diablos fue lo que Louis pidió, tú y tu amiguito tendrán una muerte segura. Y no me subestimes, que sea mujer no significa que no sepa luchar.- dijo Miley, en un tono muy rudo nunca antes visto, que hasta ella se sorprendía a sí misma.
-¡Bien, bien! Pero por favor no me hagas daño.- rogó Edward, agitado. –Louis ha pedido el hijo de la Reina Demetria.
-El hijo de Demi…- susurró anonadada, sin poder creerlo. Dejó escapar a Edward, y éste salió corriendo, pero en cuanto volteó a ver nuevamente a Miley, se arrepiente, volvió a caminar lentamente a ella, y comenzó a hablar naturalmente con ella.
-Oye, da gracias que pidió al hijo de ella, y no a ti, que eres la verdadera enemiga de él.- dijo en forma de consuelo.
-No lo entiendes, él es mi sobrino… o sobrina, no sé aún el sexo del bebé.- contestó ella.
-Qué lastima…-
-¿Cuánto te está pagando Louis con esto?- preguntó Miley, seriamente y muy atenta.
-¿De qué hablas? Sabes perfectamente que hay que obedecer a Louis sin recibir nada a cambio.
-Ven conmigo, necesitamos ir al lugar donde se esconde.
-Sé perfectamente donde queda.- sonríe astutamente, mirando a su derecha, pensando en alguna idea macabra que se llevaría a cabo.
Edward iba delante de Miley, siempre indicándole hacia donde debía ir. No habían intercambiado palabras en todo el camino, simplemente Edward le decía a dónde caminar, solo eso. Miley no tenía cabeza para estar sociabilizando con alguien que recién venía a conocer, menos si se trataba del ladrón más famoso de Rosmoclupo. Lo raro de éste hombre, era que todo el mundo lo conocía, pero nadie lo apresaba. ¿Por qué? No importaba en ese momento, había más cosas por qué pensar. Y fue en ese preciso momento donde Nick apareció en un momento, y no en imaginaciones o recuerdos pasados, o eso creía ella, pero fue algo así como en una premonición…
“Nick estaba dentro de una clase de espejo donde viajaban pequeñas bolas gaseosas, que tenía la impresión de ser espíritus. Pero de repente, el espíritu de Nick sale de aquella clase de espejo, y se solidifica, volviendo a tener el cuerpo de Nick, el mismo que antes, solo que más desgastado aún. Y así los otros espíritus repetían ese proceso.”
Quizá Miley no sabía con exactitud que era una premonición, pero al menos ella creía que era real. Ahora tenía más fe que antes, justo cuando se le acababa y llegó en el momento oportuno, quizá Nick sabía eso y quiso crearle una ilusión a Miley, que aunque no sea 100% cierta, estaría dispuesta a aferrarse a aquella esperanza. Miley caminó con más ánimos, llegando incluso a correr. Esto sorprendió a Edward, quien antes la había visto desanimada, siguió el mismo paso de Miley, quien le gritaba suplicante para que volviese. A diferencia de Miley, Edward estaba preocupado y estaba desesperado porque Miley le hiciera caso.
-¡Hay vamos Edward! No seas un holgazán.- gritaba ella, divertida.
-¡Miley, detente!- gritó Edward por fin alcanzándola. Solo que… en el momento que Edward tomó el brazo de Miley, ambos estaban parados sobre la orilla de una montaña, y ambos cayeron 200 metros de altura, sobre esta.
Miley gritaba aterrorizada, afirmándose bien de Edward. Ella simplemente mantenía los ojos cerrados y no dejaba de gritar, mientras que Edward cerró los ojos concentrado. En cuanto estuvieron a dos metros de pisar tierra, caen lentamente y sin un solo rasguño. Miley al darse cuenta de la milagrosa salvada, miró extrañada a Edward, esperando a que él le dijera algo.
-¿Qué? No eres la única que tiene problemas.
-Tenía, ya no.- dijo ella, apenada.
-Lástima… para la otra vez, haz lo que te digo, conozco mejor estas tierras, mejor que nadie.- dijo él engreídamente, adelantando el paso.
Miley caminó muy avergonzada, si hubiese estado sola, fácilmente hubiese muerto con aquella conducta tan egoísta e infantil. Pensó en eso muchos minutos, hasta que elevó la mirada y vio que Edward se había adelantado mucho, decidió acelerar el paso. Caminó rápido hasta que se encontró con un puente que no se veía muy seguro…
-¡Edward, no puedo cruzar de esta forma!- gritó Miley, desamparada y asustada.
-¡Tú solo camina rápido pero con mucho cuidado, no te pasará nada!- gritó Edward, del otro lado del puente.
Miley le hizo caso y pasó delicadamente el puente, quiso no mirar hacia abajo, pero como dicen las malas lenguas “La curiosidad mató el gato” y Miley vio un río que se movía con bastante brutalidad. Pero… había algo raro en aquel río, no era ni azul ni verde, era gris. Miley se quedó examinándolo un rato, y dedujo que hay se podría encontrar la reliquia del mar. Sin embargo, recordó que la misteriosa voz le robó la otra reliquia. Pero una voz dentro de ella le decía que debía echar un vistazo en el río. Miley miró a Edward de una forma culpable, y rápidamente elevó sus brazos, inclinó su cabeza hacia atrás, cerró los ojos y se lanzó al río. Escuchaba como Edward le gritaba cosas sin que Miley pudiese entender bien qué le decía. Al momento en que traspaso la capa de agua, ella apretó más el cuerpo para no provocar ni una fractura. Se encontraba bien.
Miley se mantenía con los ojos abiertos bajo el agua, y algo en su corazón decía que debía nadar más allá, entonces lo hizo. Nadaba y nadaba y aunque se estuviese quedando sin mucho aire, seguía nadando. Entonces, justo debajo de Edward, se encontró con una gran sorpresa. ¡Habían cuerpos fósiles bajo el agua! A Miley se le detuvo el corazón en cuanto vio aquello. Eran al menos 15 cuerpos, y seguían en perfecto estado, digo… excepto lo de muertos.
Miley nadó a la superficie y tomó unos cuantos respiros. Nuevamente volvió y se dispuso a buscar el cuerpo de Nick, costase lo que costase. Lo encontraría, porque sabía de alguna forma que algo estaría bien encontrando su cuerpo. Buscó y buscó, pero nada parecía aparecer, hasta que encontró una cabellera rizada debajo de dos cuerpos, que no se alcanzaban a ver los rostros ya que estaban dados vueltas. Sacó cómo pudo los cuerpos y ahí estaba el cuerpo de su joven amado muerto, tal cual como estaba el día de su muerte. Lagrimas brotaron de los ojos de Miley, pero lagrimas de felicidad ya que al fin había aparecido aquel cuerpo, podría morir en paz ahora. Luego dejó el cuerpo de Nick a un lado, para poder llevarlo hasta la superficie, y dejó los otros dos cuerpos sobre la roca donde estaban. Sin embargo, algo le llamó la atención a Miley, el cuerpo muerto de una mujer lo reconocía perfectamente, la pregunta era… ¿cómo pudo haber llegado ahí? No entendía nada… hasta que vio el cuerpo de su difunto padre y al fin había entendido. ¡Louis enterró a sus dos padres juntos en sentimiento de traición!
Marie POV:
Llevaba dos días, creo, encadenada y sin comer. Dios… estaba destruida, si Miley no llegaba pronto moriría de hambre de falta por coagulación, pero más por hambre. Por otro lado, esperaba que Miley no llegase nunca, sabía que podría encontrarse con su propio fin llegando aquí. Sabía perfectamente que Miley era una chica muy inteligente, pero algunas veces, todos subestimamos eso y eso podría ser un factor en contra. Pero ya que más daba… Demi y la pequeña podrían estar muertas, incluso Miley, si moría o no, ya no me importaba. No tenía a nadie importante en mi vida…”
De repente Marie, tan metida dentro de sus pensamientos, se asustó mucho al escuchar como la puerta de metal se abría violentamente, Habían dos guardias de Louis, y entre manos, tenían amarrado a Joe, quien estaba sangrando, y semi inconsciente. Lo lanzaron como si fuera cualquier cosa al suelo, y luego Louis entró y dijo.
-Con cuidado, cuando venga Destiny, quiero que estén en perfecto estado para que vean como muere al intentar salvarlos.
-Pierdes tu tiempo Louis, Miley no es tan ingenua para hacer eso. De hecho, ella misma debe estar muerta en este momento.- le gritó Marie, rudamente.
-Oh perdona querida, déjame informarte las nuevas. Tu querida amiga Miley, ya está aquí en el castillo, acaba de entrar.- sonríe maléficamente, disfrutando con el dolor de otros.
-Es imposible…- susurró Marie, intentando asimilar que Miley corría gran peligro si llegase a bajar al primer piso subterráneo. Louis la mataría con cualquier movimiento en falso que tomase. Rogaba que Miley fuera más inteligente que aquel cretino.
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