Nick, se había quedado en casa, ese sábado por la noche, solo, ya que Miley había decidido cancelar la cita sin razón alguna. Aparte del hecho de que Kevin se había quedado en casa de un amigo y Joe, había ido a una fiesta con sus amigos. En fin… no le importaba en absoluto, Nick necesitaba pensar algunas cosas. Había besado a Selena, siendo novio de Miley, lo peor de todo, es que le encantó ese beso.
Selena era tan… apasionada, tan sentimental, pero al mismo tiempo, tan divertida y sin olvidar el hecho de que ella sea espontanea. Miley, contrariamente, era apasionada solo para algunas cosas, sentimental todo el tiempo, divertida solo con sus amigas, y espontanea… si, todo el tiempo. Ambas eran distintas, pero de alguna forma iguales. Nick amaba que Miley fuese de esa forma, pero Selena… le alteraba el gallinero. Lo estaba volviendo loco.
¿Qué debía hacer? Ya engañó a Miley, y sabía que si Miley descubría eso lo castraría, pero… pedir perdón por una experiencia con tanta adrenalina como lo fue el beso con Selena, sería totalmente una mentira decir que no lo disfrutó o que fue un error. Sabía perfectamente que se comportaba como un maldito imbécil, pero ya sabía que estaba perdiendo la razón, solo Selena era la culpable.
Entonces Nick, sofocado con tanto pensamiento loco, decidió salir a la terraza, y dejar que la brisa de la noche lo llevase por el buen camino. Miley seguía en su cabeza, la conocía desde hace mucho tiempo atrás, igual que a Selena, solo que hace poco tiempo atrás la odiaba, ahora… odiaba el hecho de que siempre se acordase de ella. Sus labios rosados que turnaron a ser rojos después de ese exquisito beso que ambos disfrutaron, la dejaron hinchada de labios. Le atraía mucho pero debía terminar con eso, aunque desease volver a sentir los labios de Selena sobre los suyos, aún deseaba tener a Miley a su lado. ¡No sabía que pensar!
No… era Miley la chica que amaba, Selena solo era la chica que le atraía y debía diferenciar bien esos conceptos. Además que amaba a Miley, simplemente por el hecho de que sea tan preocupada por él, de que lo amase más que a nada en el mundo, sus pequeños defectos que la hacen perfecta, como se preocupa de estar linda cada vez que lo veía, solo que había una cosa que Miley no entendía de Nick; él siempre la encontraría la mujer más hermosa del mundo: con sus gigantescos labios gruesos, sus ojos verdes agua, su hermoso color de cabello, y ser la poseedora de la sonrisa más hermosa que alguna vez vio en toda su vida. Si… Miley definitivamente era la chica de sus sueños, y ni Selena la podría comparar.
Entonces… tanto pensando en Miley, de repente llega un mensaje con su tono, entusiasmado, corre hacia su celular que estaba sobre el otro sillón. Lee el mensaje que decía: “Lamento haber cancelado la cita de hoy, pero si quieres, podemos juntarnos mañana a las 8 de la mañana donde siempre. Te amo Nickylindo.” Esto prendió la llama apagada de Nick, seguía queriendo a Miley, y aunque lo seguía repitiendo dentro de su mente, jamás se cansaba de decirlo. Decidió que irse a acostar para mañana despertar fresco como lechuga.
Ya era de día en los Ángeles, y la brisa en la playa se hacía notar fuertemente, congelando a la gente que estaba tanto dentro como fuera de casa. Nadie estaba en la playa, nadie menos una singular señorita descalza, vestida con shorts, una blusa femenina, y una sudadera que la abrigaba del frío del día. Parecía estar esperando a alguien, viendo la rompedura de olas, pero de todas formas, se sentía como si ella estuviese maravillada mientras esperaba. Entonces, de repente apareció un joven detrás de ella, con una rosa entre dedos. Acarició la espalda de la chica y ésta rápidamente, volteó a besarlo y a abrazarlo. Era esplendido ver esa hermosa escena de amor.
-¡Nick! ¡Viniste!- gritó Miley, emocionada. Sin salir en su postura de asombro.
-Si tuviera que recorrer el mundo entero por estar junto a ti, no dudes en que lo haría.- dijo Nick, acariciando el rostro de Miley.
-Te amo mucho mi amor, no sé que haría sin ti.- dijo sonriendo, y posicionando su cabeza sobre el hombro de su amado.
Nick se sintió tan culpable por estar en esa situación. No podía sacar de su cabeza el hecho de haberle sido infiel a Miley, siendo que tanto se amaban entre sí, se sentía como basura, pero decidió hacer todo lo posible por fingir como si no hubiese pasado nada, aunque en el interior estuviese muriendo de la vergüenza.
-Bueno, vamos amor, tenemos todo el día solo para nosotros.
-Bien… ¿a dónde quieres ir?- preguntó Miley, ingenuamente, con una sonrisa sobre su rostro de niña pequeña.
-Tú solo sígueme hermosa, estás apunto de pasar el mejor día de tu vida.
-Algo así como… ¿un paseo para recordar?- pregunta animada.
-Si… un paseo que recordarás toda tu vida.- sonríe y se inclina un poco para besar los rosados labios de su pequeña amada.
Nick y Miley caminaron juntos, tomados de la mano, caminando sobre la orilla, a lo largo de la playa. La “feliz pareja” hablaba fluidamente, y reían de cosas simples o tontas, besándose la mayoría del tiempo. Miley se notaba muy feliz, al igual que Nick, pero él sin embargo, seguía pensando en Selena, en su beso, y en la traición hacia Miley. ¿Cómo pudo haberlo hecho? Ah claro… los intimidantes ojos de Selena que lo hicieron caer en la tentación, contestó Nick para sí mismo. Ese suceso, al igual que el de Adam y Eva, una tentación y un pecado, Selena lo tentó y Nick cayó en ello. Y no importaba cuanto lo hiciera sentir culpable, la traición ya había sido hecha. Solo esperaba que Miley nunca se enterase.
-Nicky…- habló Miley, sacando a Nick de su burbuja de pensamientos -¿Todo en orden?- preguntó dudosa.
-Si amor, perdona, he estado algo distraído.
-Ya lo creo…- contestó Miley, en un suspiro. Ésta hizo detener a ambos, poniéndose delante de él, retándolo con la mirada –Si hoy no te sientes muy bien, será mejor entonces que éste paseo lo dejemos para otro día.
-¡No!- respondió Nick, precipitado. Tomó con ambas manos el rostro de Miley y se ahogó con su mirada inocente, introduciéndose cada vez mas adentro de esos hermosos ojos verdes. –Lo lamento amor, prometo que ahora sí estaré más atento.- dijo Nick, en una postura realista.
-Hmmm bien… supongo que podría resultar.- dijo Miley, cabizbaja y no muy segura de creer en las palabras de Nick.
Entonces éste volvió a introducir sus ojos marrones en los ojos verdes de Miley, no diciendo nada, simplemente mirándola. Miley sabía que algo no iba bien, pero decidió ignorar eso ya que quizá se trataba de ideas locas por parte de ella. Nick tenía un fuerte poder sobre ella, no podría enojarse con él por nada en el mundo, así que lentamente cedió y besó a Nick, que en el fondo sabía que eso era lo que Nick quería, que Miley lo besase a él, no que él diese el primer paso. Volvía a caer en la tentación.
Nick se separó de ella, con los ojos cerrados, con una amplia sonrisa sobre su rostro, y mirando hacia el cielo –No hay ni una emoción mayor de felicidad que el de sentir tus labios sobre los míos.- Esto provoco sonrojo en Miley, y una sonrisa juguetona, entonces siguieron besándose hasta que Nick la tomó en brazos y daba vueltas con ella.
-¡Nick, suéltame!- gritó Miley suplicando, pero haciéndole mucha gracia esa situación.
-Yo sé que te gusta ser elevada por los cielos por medio de mis brazos.- respondió, besándole el cuello en una postura tierna, haciendo sentir a Miley en el mismo paraíso.
Y así siguieron alrededor de la jornada. Nick llevó a Miley hasta un parque de diversiones, llevándola sobre su espalda todo el tiempo. Nick amaba ser abrazado por los confortables brazos de su pequeña amada. Entonces así iban caminando, Miley sobre Nick, riendo y disfrutando de un buen momentos juntos. Nick depositó el diminuto cuerpo de Miley sobre una banca central de todo el parque, y conversaron por un rato, besándose y sin dejar de reír. De repente, en un momento donde Miley estaba distraída, Nick saca detrás de su espalda, una rosa roja muy hermosa, solo que con algunas espinas. Tomando la rosa con mucho cuidado se la entrega a Miley, provocando que ésta saltase de emoción. El día fue perfecto, y fue obvio que ese paseo era para recordar.
Selena por su parte, había estado todo el día en casa, aburrida. Sabía con exactitud que ese día Nick saldría con Miley, no es que él le había dicho, Joe lo comentó. Estaba enojada, no odiaba a Miley por su forma de ser, la odiaba por ser la novia de Nick. Ella pensaba que él debía estar con ella, que ella era quien se lo merecía, pero no… Cyrus obtenía todo lo que quería, como siempre. Estaba furiosa con todo el mundo, incluso con ella misma. Pero ya no había nada más que ella podría hacer para gustarle a Nick, o… ¿si había algo?
En otro lugar, Taylor y Joe habían compartido la tarde juntos, ahora ellos eran novios. Y solo dos personas lo sabían: Demi y Kevin. Ni uno de los dos consideró el daño para estos dos. Porque Joe solo pensó en él mismo, y Taylor… ella en realidad no sabía en qué lío se había metido. En verdad Joe si se había enganchado muy fuerte de Taylor, pero a Taylor solo le gustaba un poco, en comparación a Joe, ella solo quería tenerlo por un momento breve. Nada más, y para ser sinceros, no se veían muchas esperanzas para esta pareja.
Demi, aburrida de la rutina, se bañó y se arregló lo más posible, quería verse hermosa, y lo más importante, sentirse hermosa. Tomó su bolso y fue al centro comercial, sola. Decidió salir sola, para poder manejar bien sus pensamientos e ir a comprarse un vestido ya que el cumpleaños de Selena se acercaba. Todo iba bien, ella manejaba el auto de su madre, un fabuloso Nissan, hasta que sus ojos clavaron algo que le llamó la atención, Jake. Él estaba caminando de lo más feliz con una chica, esto la enfureció demasiado, haciéndola salir de sus cabales y de su auto a enfrentarlo. Ella estaba decidida y con todas las ganas de armar una pelea, y ahí se detuvo, frente a frente de Jake, con una mirada desafiante.
-Así que… recién ayer me besas y hoy te olvidas de mí. Eres un poco hombre, un inmaduro…
-¿Qué? ¡Demi no!- intentó Jake, detener a Demi, pero no le resultó ya que ella seguía hablando.
-No necesito falsas respuestas ni excusas, después de todo, no somos novios…- dijo Demi, finalmente, mirándolo con mucho odio y alejándose de aquel lugar para llegar hasta su auto.
Jake miró con desesperación a la chica que lo acompañaba y ella solo asintió. Jake salió corriendo en búsqueda de Demi, hasta que la encontró fuera de su auto, buscando las llaves. Aumentó la velocidad y llegó frente a ella.
-Demi, por favor escúchame.
-No quiero escucharte- respondió molesta.
-Esa chica no es mi novia, ni alguien que me guste. Es mi prima.- dijo Jake.
Demi clavó sus ojos en los claros ojos de Jake, abochornada. En verdad había hecho un gran espectáculo frente a ambos, se sentía terrible, estaba enfadada con el mundo y se desquitó de una mala forma, y con la persona equivocada. No sabía que decir primero, sabía perfectamente que debía pedir perdón, pero no hallaba las palabras exactas para hacerlas salir.
-Jake, yo… lo lamento, me porté como toda una imbécil… no debía, lo lamento.
-No te preocupes, creo que también me hubiese puesto así si te hubiese visto con algún otro chico.- contestó avergonzado, desordenando su cabello rubio.
-Jake, ¿yo te gusto?- preguntó Demi, sorprendida.
-Sé que es raro y rápido… pero si, hay algo de ti que me encanta, no sé con exactitud que es, pero sé que me gustas… y, ¿tú?
-¿Yo qué?- preguntó Demi, desorientada.
-¿Yo te gusto?- preguntó Jake, ansioso.
-Lo lamento Jake… pero no lo sé con exactitud. Me gustó mucho nuestro beso, pero aún sigo pensando en Joe… mis sentimientos hacia él seguirán dentro de mi y tardaré tiempo para que algún otro muchacho robe mi corazón.
-Hm…- resopló Jake, guardando sus manos dentro de sus bolsillos. –Respeto tu decisión.
-En verdad lo lamento mucho.- dijo Demi, avergonzada, caminando hacia él, pero éste sin embargo, caminó lejos de ella.
-Jake, por favor no…
-Así como yo entendí que yo no te gusto, tú entiéndeme a mí de que ya no quiero pasar tanto tiempo juntos. Verte me hace daño.- contestó finalmente Jake, caminando lejos de ella. Dejando a Demi, aprisionada entre la espada y la pared.
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