Bueno este es mi regalo de San Valentín para mis seguidores. No es el mejor, y eso que hace mucho tiempo que no hago Shots, pero... lo hice lo mejor que pude, espero que a alguien le haya gustado. Bueno, disfrútenlo.
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“…Hoy era uno de aquellos días especiales, donde la gente se entusiasmaba con comprar regalos, proponer cosas absurdas, y jurarse amor eterno. Exacto, día de San Valentín. Normalmente, yo hubiese estado feliz, haciendo las compras, las típicas cosas: chocolates, flores, globos, o buscar algún lugar donde poder comer de una forma romántica. Pero no. Ya no creía en nada que estuviese relacionado con el amor, no, todo porque aquella chica que tanto solía amar, que yo creía mi ideal, la mujer de mis sueños, rompió de una forma despiadada de mi corazón. Una relación de dos años, pero ella solo se tardó 5 minutos en terminar con eso. Recuerdo como fue exactamente todo, como si hubiese sido ayer…”
-¿Pero qué sucede, Delta?- le pregunté desamparado a mi novia, mirándola totalmente triste. Ella lloraba como si hubiese muerto alguien importante para ella, esto me dolía por supuesto, ya que compartía todas sus penas y alegrías como si fueran mías.
-¡Ya no puedo seguir con esta farsa!- me gritaba ella, alborotando el ambiente, que era en pleno centro comercial y la gente nos miraba como si estuviésemos peleando. Bueno, en su momento yo tampoco sabía qué sucedía.
-¡¿Pero de qué farsa hablas?!- le pregunté desorientado.
-No te hagas el tonto, Nick, que no eres para nada bueno en eso.- respondió ella, en un tono muy seguro y ya más calmo que antes. Mientras ella limpiaba sus lágrimas, yo la veía desconcertado. Aún no entendía nada y ella creía que yo si sabía la razón de por qué actuaba así. Sin embargo, yo sabía que algo había cambiado en mí, una angustia recorrió todo mi cuerpo, haciéndome temblar.
-Delta, por favor explícame qué sucede.- le pedí amablemente.
Ella sin más se levantó de la banca donde estaba sentada y me miró de una forma incrédula. –Nick, yo amo a Joe. Siempre estuve enamorada de él y no puedo permitir que se case con esa tal Demi. Tengo que luchar por él, y creo que fingir como si realmente nos amaramos solo retrasará mi plan. ¿Si entiendes, no?- preguntó ella, mirándome de una forma muy segura, casi inocente.
Por mi parte, yo no daba crédito a lo que acababa de escuchar. ¿Acaso mi novia decía que estaba enamorada de mi hermano y que su amor solo era fingido? No, no lo podía creer. ¡¿Cómo pude haber sido tan tonto al haber caído en algo como esto?! Me quedé mirando el suelo, intentando recibir la información del momento, y me di cuenta que no era una pesadilla, sino real. Por un largo rato miré pasmado el suelo y sentía su mirada frívola, calculadora y arrogante frente a mí, como si no se diese cuenta de lo que me había hecho. Fue en ese momento que entendí que no podía volver a confiar en nadie otra vez.
En cuanto recuperé la noción, lo primero que hice fue lanzarle el ramo de flores que traía entre los dedos sobre su dorado pecho, haciéndola sentir confusa y ofendida. Yo la fulminaba con la mirada y solo dije esas palabras, que llevaría como un peso durante toda mi vida. –Quizá tu amor hacia mí era falso, pero mi amor por ti era verdadero y siempre lo será.- le dije sin más, sin dejarla interrumpirme. –Y lamento informarte que Joe y Demi están muy enamorados, y él nunca dejaría enamorarse por una bruja como tú. A diferencia de mi hermano y yo, él no es tan cabeza hueca como para enamorarse de una bruja como tú.- aquellas palabras horrorizaron a Delta, mirándome furiosa. –Buen día.- dije finalmente, arrastrando mis pies con todas las fuerzas que tenía. Pero ya era tiempo de dejar algo que nunca fue mío.
“…No sabía con exactitud hace cuánto tiempo había sido eso, y sin embargo lo recordaba con mucha claridad. Sin embargo gracias a mis amigos y familia, seguía de pie. También recordaba perfectamente que en cuanto Delta visitó a Joe para confesarle su amor, éste le negó pudiese sentir algo hacia esa frívola mujer. En resumen, esa también fue la última vez que vi a Delta…”
“…Pero entonces, volví a aterrizar en Tierra. Era 14 de febrero, faltaba más o menos una semana para mi cumpleaños número 22, y sin embargo, a mí poco me importaba. Como estaba en el trabajo y todos debían retirarse antes, yo no tuve otro remedio que pasarme a un restaurante cerca de éste, porque estar en casa para esas fechas y soportar las caras de pena de Joe y Demi, era algo que no estaba con ánimos de soportar hoy. Llegué hasta aquel restaurante y pedí la orden, mientras miraba embobado las afueras del restaurante, viendo como se veían tantos bobos regalos, bobos regalos que por un largo tiempo los encontraba adorables; sentí una voz parlanchina a unos cuantos metros lejos de mí, pero no cualquier voz parlanchina, una voz que me resultaba muy familiar, pero… ¿de dónde? No hallaba respuestas…”
Entonces cuando busqué con la vista a aquella persona, apareció casi de inmediato. Ya me acordaba de todo, Miley Cyrus. Sonreí al recordarla y reí al recordar que la recordaba. Ella era mi única amiga en la primaria, y siempre jugábamos juntos en la hora de recreo. Sin embargo, yo me tuve que cambiar de escuela, y con esto y gracias a los apretados horarios que ambos teníamos, tuvimos que cortar la amistad de a poco. Me alegraba volver a verla, aunque estuviese lejos de mí.
Se veía muy sonriente, esa era la principal característica de ella. Entonces cuando creí que ella jamás me vería sentado al final del pasillo, fue cuando sus ojos azules se clavaron en los míos y por alguna extraña razón, sentí mucho calor en ese momento. ¡Ella caminaba hacia donde yo estaba! Y era como si el viento estuviese de su parte, su cabello se revoloteaba y ella caminaba dejando ver sensualmente sus largas piernas, vistiendo de un hermoso vestido lila y una clase de cintillo que usaba en la frente, que tenía una rosa como adorno principal. Ella se sentó frente de mí y me sonrió, como siempre.
-¡Nicky!- exclamó ella, muy alegre, también emocionándome a mí. -¿Pero qué haces aquí?- preguntó ella, curiosa.
-Pues… trabajo cerca de aquí, soy reportero del periódico.- contesté.
-Pero eso queda a dos calles de aquí, mi departamento queda en la esquina de ese edificio.- de repente, ella se había puesto muy pensativa, mirando al techo, pensando en algo que intentaba deducir a través de su mirada confusa. –Supongo que nunca te vi cerca porque siempre salgo y llego tarde a ella.
-Y yo también, aparte esta era la primera vez que vengo a este restaurante. Muy cómodo, por supuesto.- le dije amistosamente.
-Me alegra que te guste. Es el negocio familiar.- respondió ella.
“…Y así los minutos y las horas pasaban y nosotros seguíamos hablando con mucha fluidez. Creo que hace mucho tiempo no me sentía tan cómodo hablando con alguien que no sea Demi, y eso que ella parece una madre para mí, aunque tan solo nos llevemos por 4 años. Miley era tan solida, sincera y graciosa que me hacía pensar que simplemente el hecho de estar con ella, era como una clase de terapia. Incluso no dudé en contarle sobre mi historia con Delta, y ella solo dijo algo que siempre recordaré el resto de mis día…” Quizá Dios te está dando una nueva oportunidad…
Entonces nos dimos cuenta que estábamos a poco tiempo del anochecer, ella se levantó de su silla y se dirigió hasta mí. Sacó una bolsita muy fina que estaba dentro de su bolso y la depositó dentro de mis manos. Yo la miré confundido y antes de que pudiese decir media palabra, ella comenzó hablando primero. –Hoy es el día del amor y de la amistad, ¿no? Lamento que te haya tocado vivir una experiencia fea, pero por algo se dan las cosas. Quizá Dios sabía que ella no era buena para ti y quiso darte otra oportunidad para encontrar a la chica indicada.- sin ni un permiso, Miley abrió la bolsita que me entregó hace poco y vi como unos ricos chocolates salían dentro de ésta. –Feliz San Valentín.- dijo Miley, sonriente, apunto de marcharse.
No sabía muy bien que estaba haciendo, pero necesitaba hacerlo. Tomé su brazo y me paré delante de ella, le miré entusiasta. -¿Nos volveremos a ver?- pregunté ingenuamente, con la misma sonrisa que ella me había estado regalando todo el tiempo que pasamos juntos-
-Tú di cuando y ahí estaré.- contestó Miley, guiñando un ojo y alejándose totalmente de mí.
“…Y henos aquí, siete años después. Yo estaba leyendo uno de mis libros favoritos de Sherlock Holmes, en mi cuarto. Sin embargo, también pensaba en todo lo que había vivido los últimos siete años. Joe y Demi habían tenido dos hijos, uno tenía tan solo 10 años y ya llegaba a tener la estatura de la pequeña de Demi, y la otra pequeñita, mi ahijada, que solo tenía meses de vida. Hoy, 14 de febrero, celebrábamos algo muy importante para mí, bueno, también para mi esposa. Haríamos un almuerzo familiar con mi hermano, mi cuñada, mis sobrinos, y obvio, mi esposa. Bajé de inmediato cuando sentí la voz de Miley llamarme impacientemente, parecía que ella jamás cambiaría su voz, y amaba eso. Sonreí y dejé el libro a un lado. Me encontré con mi sobrina que estaba gateando en uno de los escalones, la tomé entre mis brazos y bajé corriendo para almorzar. Todos nos sentamos alrededor de la mesa, y mi esposa se sentó a mi lado izquierdo. Teníamos una importante noticia que decir. Y qué mejor que hacerlo justamente el día en que me volvería a encontrar con aquella mujer que ni yo sabía que sería la mujer de mi vida, y el mismo día que me casé con ella, solo que unos años después…”
-Bueno chicos, dígannos que pasa.- exigió Joe, impaciente por escuchar la noticia. En realidad, todos sabíamos que no estaba impaciente por la noticia, sino más bien por su asado que se enfriaba.
-Bueno… Miley, diles tú, amor.- le dije a mi esposa, sonriente y muy animado.
-Bueno…- sonrió ella, tímidamente y se paró delante de la mesa, resoplando un poco. –Nick y yo queremos decirles que… seremos padres.- concluyó, esbozando una sonrisa muy ilusionada. Todos estaban felices y nos felicitaban por aquello.
-Wow… qué increíble, ¿no?- decía Demi, mientras nos miraba atentamente, a mí y a Miley. –Un 14 de febrero se volvieron a reencontrar, meses después son novios. Años después, Nick y Miley se casan el 14 de febrero, y ahora 14 de febrero, anuncian que serán padres. ¡Justo el día de los enamorados!- exclamaba mi cuñada, tan inocente como siempre.
-Pero amor.- prosiguió Joe, complementando sus palabras. –Recuerda también que nuestro hijo nació el 14 de febrero también.- decía feliz. –Quién lo diría…
-Cupido lo planeó todo, supongo.- respondí yo y le eché un vistazo a la comida que habían preparado Miley y Demi durante todo el día. Se veía todo delicioso. –Bueno, ¡comamos!- y todos empezábamos a comer, Miley siempre se manchaba la parte inferior del labio, viéndose como una niña pequeña recién aprendiendo a comer. La miraba con dulzura. Era irónico, por largo tiempo odié esta fecha, y ahora, era la fecha más feliz de toda mi vida. Cupido… realmente te luciste… decía dentro de mi cabeza, soltando una silenciosa carcajada…
Fin.
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