Cuando los seguidores de Louis y él ya se habían marchado, Selena se arrastró por los suelos, aún encadenada, hasta donde Joe se encontraba. Él estaba en pésimo estado, algo que le causaba dolor a Selena, aún desangraba y tenía los ojos a medio cerrar, él agonizaba. Selena sacudió fuertemente a Joe, con todas las fuerzas que poseía.
-Joe, despierta por favor.- le rogaba Selena, al borde del llanto.
-Selena, por favor… déjame morir en paz. Si no tengo a Demi… entonces no tengo a nadie ni tampoco una razón por la que he de vivir.- decía Joe en un tono de agonía, respirando con gran dificultad y sin ver del todo a Selena, ya que su vista era nublosa.
-Joe por favor no te des por vencido. Debemos ser fuertes…- cuando Selena seguía diciéndole que debía ser fuerte, sin importar lo que pasase, una idea había cruzado por su mente, una “brillante idea” según ella. Quizá la ayuda no duraría mucho rato, pero la situación lo indicaba. –Demi viene en camino.- dijo ella, mordiéndose el labio inferior, nerviosa.
En ese momento, por arte de magia, Joe abre firmemente los ojos, recuperando todas las fuerzas en menos de un segundo. Sus ojos parecían haberse turnado rojos por un momento, pero no duró tanto tiempo, sin embargo, Selena lo había entendido perfectamente: Joe era una bestia. No hallaba saber la respuesta del por qué, y por qué no lo había notado antes. Entonces, Selena había llegado a la conclusión de que las heridas y la causa de por qué él sangraba, no era porque alguno de los súbditos de Joe lo habían herido, sino, él mismo se hacía esas heridas.
Para una bestia es fatal el no beber sangre, y por eso en la mayoría de las veces, recurría a beber su propia sangre, pero esto provoca que el mismo ser quede seco de sangre. Si Joe seguía bebiendo su sangre, moriría a causa de falta de ésta. Selena decidió sacrificarse.
Ella tomó un pedazo grande de vidrio que estaba debajo del cuerpo de Joe, y se hizo un corte en su muñeca, haciendo que gimiera a causa del dolor. Joe la miró confundido a causa de aquella escena, y sin preguntar nada, Selena ya le estaba ofreciendo su muñeca para que bebiese de su sangre y recuperase sus defensas perdidas. –Selena, ¿qué estás haciendo?
-Eres una bestia, ¿no? Bueno entonces bebes, necesitas fuerzas.- le decía Selena duramente y apresurándolo para que tomase luego de su sangre y no muriese ella desangrada.
Joe la miró culpable, pero no podía negarse a tal bocado tan tentador que lo era para su raza. Tomó su mano delicadamente, hizo crecer sus colmillos y los enterró en la muñeca de su amiga Selena. Ésta se retorcía del dolor, pero intentaba soportarlo, él era el importante ahora. Joe bebía y bebía sin compasión, pero ya era hora de quitarlo de encima de Selena, así que lo separó suavemente lejos de ella, mientras que Joe aún saboreaba de sus labios, la sabrosa sangre de Selena.
-Gracias Selena.- le agradecía él, feliz.
-No te preocupes Joe.- decía algo adolorida, mientras masajeaba delicadamente su muñeca. –Ahora… ¿crees que podrás ser capaz de sacarnos de aquí sin que nadie lo sospeche?- preguntó Selena, ilusionada.
-Creo que sí, haré todo lo posible.- contestó él, poniéndose detrás de Selena. Rápidamente la desencadenó de las manos, y luego ella se desencadenó de los tobillos. Ambos se pusieron de pie, pero intentando no hacer ni un ruido.
Para Selena, sentirse de pie era algo muy raro. ¿Hace cuántos días no se paraba? Muchos, contestaba ella para sí misma. Selena miró agitada a Joe. -¿Y ahora cómo lo hacemos para salir de aquí?
Joe puso su mano sobre su barbilla y la masajeó. Intentaba hallar la forma de idear algo, y lo consiguió, sacando una sonrisa terrorífica, algo que le fascinó a Selena. –Ponte detrás de la puerta y sales en cuanto te de la señal ¿entendido?- preguntó él, animadamente.
-Entendido.- contestó ella y de inmediato siguió el pie de la letra del plan de Joe.
Joe se movió hasta la muralla y volvió a sentarse, fingiendo estar débil y encadenado. Entonces, éste de repente llama a un guardia, él apareció de inmediato a su lado, mirándolo despiadado y confundido. -¿Qué ocurre aquí?- preguntó el guardia.
-Necesito ir al baño.- respondió Joe.
El guardia cerró un poco los ojos y lo miró desconfiado. Sin embargo, aún así se agachó para desencadenarlo para que Joe pudiese ir al baño. En cuanto el guardia estuvo lo suficientemente concentrado en desencadenar a Joe, éste aprovecha para golpearlo en la cabeza, haciendo que cayese desplomado en el suelo. Joe rápidamente se levantó y fue corriendo hasta afuera, tomando la mano de Selena y guiándola hasta la salida. Cada vez que veían a cualquier súbdito de Louis, ambos los golpeaban hasta que perdiesen la consciencia. Selena se detuvo al ver un pequeño rayo de luz que provenía de la ventana. Ella miró hacia atrás preocupada, y soltó la mano de Joe.
Éste le miró confundido. -¿Qué sucede?- preguntó él.
-Miley está en el castillo, y le prometí a Nick que lo sacaría de aquí costase lo que costase. No huiré como si fuese una criminal, me iré con ellos sino no me iré.- respondió ella, duramente, con una voz casi rota. –Huye tú, busca a Demi y no salgan de casa.
Joe había abierto los ojos como plato, sorprendido y anonadado –Pero Sel…
-Pero nada, Joseph.- dijo finalmente Selena. –Tú vete, puede que sea la única oportunidad que tengas para escapar.
Joe la miró triste y aunque estaba en ambos lados de la senda, quiso pensar en él y en su familia, por lo que salió corriendo por la salida. Selena miró nostálgica tal escena, esa escena donde ella también pudo haber encontrado su libertad. Pero, ¿de qué sirve la libertad si no la vives con quien amas? En ese lugar estaba Miley, y la persona que llegó a amar tanto que la cegó. Aunque sea difícil de negar, ella aún amaba a Jacob.
Estaba al borde del llanto cuando sintió la voz de Louis demasiado cerca de ella, quizá estaba en el cuarto de al lado. Debía buscar una salida, lo más pronto posible, así que vio las escaleras, unas largas escaleras que la llevaban hasta los salones principales. Los subió rápidamente, pero con mucha cautela, vigilando por todos los rincones, y desconfiando hasta de su sombra. Selena tomó una maza medieval que estaba colgada en la pared que rodeaba las escaleras y la atravesó en el corazón de uno de los hombres que estaba justo en los primeros escalones y siguió buscando a Miley. La búsqueda se hacía cansadora pero cuando comenzaba a perder las esperanzas, observó como dos muchachos estaban escondidos detrás de una pared, algo que le pareció sospechoso a Selena, pero esto no quitaba el hecho de ver a Miley y a… ¡¿Robert?!
Ella se acercó sigilosamente hasta donde se encontraba el par y los silenció poniendo ambas manos sobre ambas bocas para que no hicieran ruido. En cuando Miley reconoció a Selena, ésta estuvo al punto del colapso, lo único que quería era abrazarla, pero debía mantener calma para no hacer sospecha y Louis no las asesinase sin pelear por haberlas pillado en un momento de distracción.
Selena les susurró a ambos que debían susurrar para que nadie los escuchase. Entonces Miley sacó su mano de la boca y pudo hablar tranquilamente. -¡Selena! Pero creí que tú habías…
-¿Muerto?- preguntó ella -Ojalá hubiese muerto, pero no. Estuve viviendo de las peores formas existentes, pero he sobrevivido. Decidí que si he de morir, va a ser en la lucha por matar a Louis de una vez por todas.- dijo Selena, sonriente.
-Wow… y ésta chica, ¿quién es?- preguntaba Robert, revoloteando su cabello y hablando de una forma sensual. Se acercó más a Selena, haciéndola sentir incomoda.
-Soy Selena Gómez, pero te diré algo, no salgo con ladrones.- decía ella, sonriendo triunfante.
-¿Estás segura? Te recuerdo que salías con un aliado de Louis, que es algo mucho peor que ser ladrón.- decía él en un tono burlesco.
-Eres un…
-Ya chicos, tranquilos. Éste no es el momento. Debemos buscar a Louis.
Los tres chicos comenzaban a deambular por los sombríos pasillos del castillo, haciendo disimular su presencia en el lugar. A cualquier paso en falso, Selena y Miley estaban atentas con sus armas, mientras que Robert tenía guardada una espada colgada en su cinturón, en caso de emergencia. Llegaron hasta una clase de estadio, solo que con techo, donde habían varias antorchas y un campo de batalla. Miley lo comprendió desde un principio, ella tendría que pelear con Louis.
Selena fue la primera en pisar aquel pasillo que la llevaba hasta el campo de batalla, y en cuanto hizo este acto, todas las antorchas se encendieron de inmediato, súbditos de Louis, obviamente encapuchados, se ponían por todos los rincones. El suelo se movía como si fuese un terremoto, y los chicos se afirmaban de cualquier forma que podían, hasta que se dieron cuenta que Louis aparecía desde el subterráneo. Selena lo entendió, Louis sabía que ellos estaban en el castillo y dejó que lo buscase cuanto quisiesen. Era un plan macabro, y ellos habían caído en la trampa.
Selena corrió hasta el campo, dejando a Miley y a Robert detrás. Ella estaba con una postura desafiante frente a Louis, tomó su maza medieval con ambas manos y cuando estaba dispuesto a golpearlo con ésta, Louis sacó de no sé dónde a Demi, quien estaba rozándole el cuello con un cuchillo. Demi tenía una enorme panza, entonces Selena recordó que ella debía estar alrededor de los 8 meses y medio, lo que significaba que, ella podría tener al bebé en cualquier momento. Esto dificultó los planes de Selena.
-¡Demi!- gritaba Miley, quien venía corriendo en su búsqueda. Cuando llegó, se puso delante de Demi, mirándola con mucha tristeza. –Suéltala, la lucha no tiene nada que ver con ella.
-Claro que también tiene que ver con ella.- respondió Louis en un tono sereno pero jovial. –Ella tiene el cargo que yo debiese tener.
-No digas tonterías, Louis.- dijo Selena molesta.
-Hagamos un trato.- por primera vez, Louis hablaba en serio. –Yo dejaré en paz su reino y a todos sus habitantes si me ganan en esta batalla.
-No.- respondió Miley en un tono serio y duro. –Devuelve las vidas a las personas que mataste y ya es un trato.
-¿Y qué ganaría yo?- preguntó Louis, en postura de defensa.
-¿Qué quieres?- preguntó Selena.
-Si yo gano, cosa que así será, quiero los poderes de todos los de Rosmoclupo y los de Ferliantropolis, también quiero al hijo de la “Reina”- dijo Louis, haciendo énfasis.
-No ganarás.- contestó Miley, poniéndose en una postura de defensa.
-Miley, yo pelearé con Louis, tú busca la fuente de los espíritus y busca los cuerpos que están en…
-El río de la muerte, lo sé, ya estuve ahí.
-Excelente Miley, no te costará mucho trabajo.- dijo Selena, sonriendo.
-Creo que es de familia.- dijo Miley, intercambiando su sonrisa con ella.
-¿Podemos empezar ya? Tengo cosas que hacer.- decía Louis, irritado por la situación.
Miley lo miró enfadada pero de inmediato volteó a ver a Selena y le sonrió. –Suerte, hermana mía.- y así Miley se fue, haciéndole saber a Selena que ya había descubierto la verdad. Selena y Miley que eran hermanastras.
Miley corría y mientras Robert le miraba confundido, Miley le dio la señal que debía quedarse ahí en caso de que Selena necesitase ayuda. Ella salió del campo de batalla y buscó incansablemente por cada rincón del castillo la fuente de los espíritus, que ella pudo deducir que era la misma que vio en aquella premonición. Finalmente llegó hasta una parte donde se veía desierta, donde se veía intacta. El suelo estaba mugriento, pero algo en su corazón decía que debía seguir por aquel pasillo. Entonces siguió caminando y se encontró con un gran marco transparente, el mismo que había visto en sus sueños, la fuente de los espíritus. Ella caminó segura pero silenciosamente hasta aquella fuente, vigilando por cada rincón si todo estaba bien. Entonces vio a su antigua amiga que no veía hace tanto tiempo, colgada sobre el muro encadenada, Bella Swan. Ésta en cuanto se dio cuenta de la presencia de Miley en ese lugar, se movía a todos lados, desesperada.
-¡Miley, cuidado!- gritó su amiga Bella, desesperada.
Miley rápidamente volteó a ver hacia atrás, y ahí estaba él, aquella persona que nunca se le cruzó por la cabeza que sería un patán, súbdito de Louis, la pareja de Selena, Jacob Lautner. Él estaba en postura de defensa, y Miley no dudó en golpearlo en el estomago antes de que él lo hiciera, luego lo golpeó con el mango de su cuchilla, haciéndolo caer al suelo. Miley agarró firmemente el cabello de Jacob, y se sentó encima de éste, controlándolo completamente.
-¿Desde hace cuánto trabajas para Louis?- preguntó Miley, agarrando aún más fuerte el cabello de Lautner.
-Trabajo para Louis antes de que conociera a Selena.
-¿Qué? Entonces la enamoraste y te hiciste novio de ella solo para asesinarnos, ¿no? Claro y Selena nunca se hubiese dado cuenta que eras un traidor al estar tan cegada de amor por ti.- decía Miley frustrada y enojada.
-No exageres Miley. Habrán otros hombres que ella podrá amar también.
-No Jacob, Selena nunca estuvo tan enamorada como lo estuvo de ti. De hecho, creo que aún sigue enamorada de ti.
Jacob se quedó pensando por un momento, todas las cosas que pasó con Selena: lo bueno y lo malo, aunque la mayoría de sus momentos fueron más malos que buenos. Pero… ella siempre estuvo ahí cuando él necesitaba de alguien, nunca se fue de ahí porque en el fondo sabía que algo iba a cambiar, pero… Jacob… no había hecho nada bueno por ella, a pesar que la quisiera demasiado. ¿Cuántas mujeres se habían cruzado en su camino y él no hizo caso por estar pensando en Selena? Ni una… era insólito que a estas alturas recién se estuviese dado cuenta que la única mujer que en verdad amaba, era aquella que siempre dañó, Selena.
-Yo no… yo no sé qué…- decía Jacob, parloteando, sin saber que decir realmente para mejorar la situación.
-Si quieres recuperar a Selena, vente de nuestro lado, y ayúdala, en este preciso momento está luchando contra Louis.
-Si, enseguida voy.- dijo Jacob, emocionado, sacando suavemente a Miley que estaba encima suyo. Cuando se propuso ir a buscar a su amada, miró hacia Miley y la miró dulcemente. –Gracias Miley.- dijo finalmente, con una sonrisa esperanzada sobre su rostro.
Rápidamente Miley fue hasta donde se encontraba Bella, y con su cuchilla, pudo cortar las cadenas que la encadenaban de mano a pie. Bella cayó rendida al suelo y mientras tomaba un respiro, Miley miró alrededor del salón y se dio cuenta que aquel lugar era muy familiar para ella. Pero, ¿por qué?
-Miley…- susurraba una voz masculina, obviamente no era de Bella, pero si estaba detrás de ella.
Entonces Miley miró y casi desfallece al darse cuenta de quien se trataba. Una bola gaseosa estaba frente a frente de ella, a una distancia de unos cuantos metros. Ella no temía si estaba cara a cara contra su muerte. Deseaba tocar a Nick, y eso hizo. Rápidamente parecía como a Miley se le escapaba la vida en un segundo, pero pudo ser cómplice de lo más hermoso que había visto en su vida. La transformación gaseosa de Nick, a pasar a ser solidificado. Nick seguía siendo el mismo, con los mismos hermosos ojos, solo que su cuerpo estaba algo más desgastado, pero… ¡¿Eso qué?! Lo tenía frente a ella, eso era lo que realmente importaba.
-¡Nick!- gritó Miley emocionada, corriendo hacia él, y abrazándolo con todas las fuerzas que tenía. A través de sus lagrimas susurraba cosas, y a través de besos se desvelaban sus sentimientos. Jamás volvería a dejar a Nick, no esta vez.