-Supongo que eres lo suficientemente ingenua como para no notar lo muy obvio en todo esto, Jonas.- contestó el chico de cabellera rebelde, forzando una sonrisa incrédula.
-Pues… si tengo que admitir que soy ingenua para que me digas lo “muy obvio” de todo esto, entonces si, soy muy ingenua.
-Tendrás que averiguarlo por ti sola.- contestó él con suma tranquilidad, dejando intrigada a Miley. Cuando yacía caminando hasta la salida del baño, Miley lo agarró firmemente de la mano y lo miró fijamente a los ojos, para que solamente la viese a ella.
-¿No estarás enamorado de mí, verdad?- preguntó Miley, mirándolo seriamente.
-En verdad eres muy tonta, Jonas.- Nick se había soltado y alejado completamente de Miley. Su propósito ya estaba completo, ver una vez más a aquella chica ridiculizada.
Miley había caminado hasta la cafetería a buscar a Demi y a Joe, pero se encontró con la sorpresa que ni uno de los dos estaba ahí. Entonces decidió buscarlos por cada rincón de la Preparatoria, pero nada de eso había resultado, así que caminó derrotada hasta su casa. Lugar que ella nunca hubiese imaginado que el par de chicos estaría allí.
Miley principalmente había escuchado varias risas en el cuarto de Joe. Corrió hasta aquel lugar y vio como Demi y Joe la pasaban de maravillas jugando Nintendo, riendo y comiendo nachos. Miley sonrió y se fue de ahí intentando no hacer ruido alguno.
Mientras que para Selena todo era distinto… se sentía como la vieja del autobús, ya que tenía 20 años, y los demás con suerte 19. A cada momento se preguntaba así misma que hacía en aquel paseo “Cuidar a Joe…” solo que Joe no estaba ahí, pero… por lo menos podía entender algo que la había dejado confundida todo un día.
Flashback
-Sel…- susurraba Joe, quien estaba sentado en el sofá al lado de ella, viendo televisión. –Si por algún motivo yo no pudiese ir al paseo con los chicos, yo quiero que tú igualmente asistas.
-¿Qué? ¿Por qué motivo no podrías ir tú?
-Solo… haz lo que te digo.- le ordenó.
Fin Flashback
Claro… todo calzaba, el torpe de su hermano se había metido en problemas por haber roto los vidrios del auto del superintendente. ¿Por qué ella debía ser la normal de su familia? Se preguntaba constantemente. Miley era la chica preocupada, inteligente y delicada de la familia, en exceso. Joe era el deportista, el terco y gamer del clan. Mientras que Selena simplemente era ella, con muchas cualidades, sin tener una de estas en exceso.
Lo peor de todo, es que estaría en compañía de la fastidiosa novia de Joe, Taylor Swift, y con su ex compañero que por una estupidez había repetido el último año, David Henrie. Selena aún sentía cosas por aquel muchacho, ella fácilmente podía ocultárselo a cualquier persona, incluso a sus hermanos, pero no podía ocultárselo a ella misma. Si pudiese volver en el tiempo, desearía nunca haberse enamorado de David.
Todo empezó cuando estaban en séptimo grado. David quería enamorar a una chica del último grado, y no halló mejor forma que sacándole celos, con la que en sus viejos tiempos, era su mejor amiga, Selena Gómez. Él la besó y desde ese momento, Selena se había enamorado de él. De hecho, por un largo tiempo fueron novios, pero David terminó la relación porque le gustaba otra chica. Por esto, Selena estuvo en pena mucho tiempo.
Pero ya habían pasado casi 7 años desde aquel evento, y desde entonces, ambos habían estado con distintas personas. Era tiempo de olvidar y seguir adelante, pero estando juntos por dos días, complicaría las cosas.
Habían llegado hasta el hotel donde hospedarían y Selena estuvo sola todo el tiempo, extrañaba más de la cuenta a sus dos hermanos. Veía como Taylor y David apreciaba de su compañía, lo pasaban muy bien, pero no como amigos, sino… como algo más. Para Selena, todo esto era sospechoso.
-Al fin… un lugar donde pueda estar tranquila.- dijo Selena, relajada, acostándose finalmente en la cama donde dormiría.
-Yo no diría eso, Sel.- dijo una voz femenina, que lamentablemente, Selena conocía al revés y al derecho.
-No me dirás que eres mi compañera de cuarto, ¿no Taylor?- preguntaba indignada y casi apunto de explotar.
-Lamentablemente… si. Pero oye, seamos justas. Yo tampoco disfruto de tu compañía.- decía ella, sin un solo remordimiento.
-Mejor me voy a la cafetería…- decía Selena, harta. Se levantó de la cama con mucha flojera, pero con todos los ánimos de querer salir de ese lugar.
Finalmente Selena había salido del cuarto, pero se encontró con algo peor que la señorita de Taylor Swift, David Henríe, su ex novio, actual amor prohibido, y el mejor amigo de su hermano, Joe. Ambos se miraron fijamente, sin decir ni una sola palabra. David, a pesar de no mirarla de forma especial, comía a Selena con la mirada. La respiración se agotaba y la piel de Selena tornó a ser la de una gallina. Solo deseaba que no cometiese alguna locura.
-Con permiso.- le decía Selena, intentando zafarse de aquella presencia masculina.
David no se entrometió ni nada, simplemente vio como su antiguo amor marchaba lejos. Quizá era lo mejor, se decía él. Siguiente paso, él ingresó al cuarto donde dormirían Selena y Taylor, quienes eran como el agua y el aceite.
Por su parte, Miley había estado todo el día como fantasma en su casa. Parecía que a nadie le importaba si estaba ahí o no, hasta que por fin salieron del cuarto de Joe, que por casualidad, ambos cuartos estaban en frente de sí. Era tarde y Demi vivía algo lejos como para irse sola.
-¿Quieres que te vaya a dejar Demi?- le preguntó Joe, muy noblemente.
-No… si mi papá ve que un chico fue a dejarme a estas horas de la noche a casa, nos asesina a ambos.- contestó ella, arduamente.
-Entonces iré yo.- dijo finalmente Miley, saliendo de la habitación. Ambos chicos se miraron perplejos al no haberla notado después de tanto rato.
-¿Hace cuánto llegaste, Miley?- preguntó Joe, viendo vagamente a su hermana, quien los miraba incrédulamente.
-Llegué una hora después de que ustedes llegasen.- confesó Miley.
-De cualquier modo… no sé si sea lo correcto dejarte estar sola a estas horas de la noche.- decía Joe, desconfiado. Selena lo había dejado a cargo de Miley, y si le ocurría algo a la hermana menor de la familia, jamás se lo perdonaría.
-Tranquilo Joe, no es para tanto. Te llamo por si algo llegase a ocurrir.- le prometió Miley a su hermano mayor. –Ven, vamos Demi.- le ordenó, saliendo ella primero de la casa.
-Fue un gusto Joe, la pasé excelente.- confesó Demi, con una amplia sonrisa sobre su rostro.
-Digo lo mismo. Eres una de las pocas chicas que conozco que es tan divertida.- dijo él, avergonzado. –Bueno… cuídate y por favor cuida también a Miley, sé que es muy… distraída y dejada a llevar de sus ideas.
-Si, bastante.- rieron ambos.
Habían pasado más o menos 30 minutos desde que ambas chicas salieron de casa. Ambas hablaban con mucha fluidez, y era de esperarse, después de todo eran las mejores amigas. Sin embargo, algo había cambiado. Miley notaba a Demi mucho más risueña que antes, y solo podía significar una cosa, y deseaba con ansias que estuviese equivocada.
-Por favor dime que no estás enamorada de Joe.- le rogaba Miley a su amiga, espontáneamente, cambiando radicalmente el tema del que hablaban.
Demi miró con nerviosismo a su amiga, deteniéndose en la ruta para la casa de ésta. Demi obviamente no amaba a Joe, ni siquiera le gustaba, pero cada vez que le preguntaban cosas así, siempre se sonrojaba. Era un instinto natural para ella.
-Claro que no Miley, sabes perfectamente quien me gusta a mí. Aunque no me corresponda.- decía ella, algo afligida por recordar ese amor imposible que tenía.
-Está bien Demi, te creo.
Finalmente, luego de estar bastante rato sin dirigirse la palabra, volvieron a hablarse, cosas simples, pero al menos se hablaron. Llegaron hasta la casa de Demi, que era bastante humilde, de un solo piso y pequeña, pero bastante confortable.
-Gracias por venir a dejarme Miley.- le decía Demi, agradecida por el acto que había cometido su amiga.
-No te preocupes.- le decía ella, modestamente.
Rápidamente Miley se devolvió a casa, caminando. Ya eran casi las 11 de la noche, y como era invierno, anochecía más temprano que en el verano. Una cruda desventaja para alguien que era distraída y que veía muchas películas de terror. Miley cruzaba la calle y llegó hasta una clase de parque, bastante solitario y no muy confiable. Había caminado unos cuantos pasos hasta que sintió un fuerte olor a drogas, dedujo entonces, que alguien o quizá una pandilla estaban por ese sector, y no eran exactamente buenos. Miley decidió acelerar el paso, pero fue en ese momento que un grupo de tres hombres, no mayores de 25 años, aparecieron frente a ella.
-Pero que chica más linda…- habló uno, con una sonrisa perversa sobre su rostro.
-Muy linda… primera vez que veo una belleza de tal grandeza frente a mis ojos.
-Niña, ¿acaso tu papi nunca te dijo que estar por sectores así era peligroso para una reina como tú?- preguntó el tercero, riéndose como hiena.
Miley decidió caminar rápido frente a ellos, e ignorarlos hasta perderlos de vista. Sin embargo, sus planes se fueron frustrados en el momento que los tres chicos la rodearon y la empezaron a tocar completamente.
-¡Déjenme en paz!- gritó Miley, asustada.
-Cállate.- le ordenó uno, apunto de golpearle.
Pero en ese momento, alguien inesperado apareció de la oscuridad y se puso delante de Miley. Miley no le daba crédito a aquella escena, simplemente pensó que era fantasía. Pero no.
-¡Dejen a la chica en paz, trío de imbéciles!- gritó el chico, furioso, apunto de ponerse a pelear con aquellos drogadictos.
Ambos chicos caminaron rápido por la vereda, sin dirigirse ni una palabra, más bien, ambos estaban más preocupados si los seguían o no. Pero ya todo había terminado, y llegaron hasta dos calles de la casa de Miley. La respiración de ésta seguía entre cortada, si ese muchacho no hubiese aparecido, lo más probable es que halla terminado muerta, o peor, violada por ese trío de descarados.
-¿Es que tú eres tonta o qué?- le gritaba el mismo chico que antes la había defendido, muy furioso, saliéndose totalmente de sus cabales.
-¡Yo no te pedí que aparecieses ahí!- le gritó Miley, aún más furiosa.
-Ellos te hubiesen violado o quizá que otras cosas, y tú por lo descuidada que eres caminabas de lo más bien por un sector… ¡totalmente peligroso!- le exclamó agitado. –No quiero que nada de eso te pase.- confesó, mucho más tranquilo, volviendo a tomar aquella respiración perdida. Miley lo miró perpleja, no sabía que le importaba a Nick Swift, cuando más bien pensaba que la odiaba.
-Nick…- susurró Miley, anonadada. Ni uno de los dos se dirigió la mirada, ni mucho menos la palabra. Ambos estaban allí, pero parecían muy distantes, el uno del otro. –Gracias.- le agradeció Miley, sonriente. Esto le pareció muy extraño a Nick ya que pensó que la pelea seguiría.
El sonrojo en las mejillas de Nick se agrandó mucho más cuando de un momento a otro, Miley lo había abrazado con todas sus fuerzas. Nick lo aceptó por un momento, con el mismo afecto, y cuando quiso decir algo, parecía que Miley lo comprendió de inmediato, sin decir ni una sola palabra.
-No te preocupes, esto quedará como secreto entre nosotros dos, ¿de acuerdo?- le decía Miley con una sonrisa cómplice en el rostro.
-Bien… pero nosotros volveremos a ser los mismos de siempre.
-Claro que si, enemigos naturales.- concluyó Miley. –Pero siempre tendré presente que me salvaste de una incómoda situación, así que si llegases a necesitar de mi ayuda, solo pídemelo.- finalmente le guiñó el ojo y corrió hasta su casa. Dejando a Nick con una dulce sonrisa en el rostro, algo que él mismo procuró que Miley, su “enemiga natural” no viese.
Selena yacía acostada en su cama, con insomnio, pensando en muchas cosas que pasaban. No le daba crédito a la escena que había visto horas atrás, se sentía culpable por haberlo visto, ahora vivía con un mayor remordimiento. Para empeorar las cosas, Taylor era su compañera de cuarto. Si antes miraba a esa chica con cierto grado de desprecio, ahora sería mucho peor. Es que simplemente no le cabía la escena de lo que esa rubia había hecho… era algo tan descabellado.
Todo comenzó así: Selena estuvo vario rato fuera del hotel, ya sea porque estuvo recorriendo los paisajes o porque fue a la cafetería a comer algo. Al grano, vio que en un rincón de los pasillos del hotel, David y Taylor se besaban calurosamente. El tema está en que, Taylor era la novia de Joe, su hermano, y besaba a David, su antiguo amor. Era algo que no lo podía soportar.
Ni uno de los dos había notado la presencia de Selena, y por un lado era mejor. Pero seguía intrigada por todo lo que vio, ¿cómo se lo diría a Joe? O, ¿le creería? Hace un tiempo Taylor era alguien imposible para Joe, y la amaba, pero… algunas veces el amor es ciego. Aquella situación iba a terminar muy mal.
Nick POV:
“Miley Jonas era tan ingenua… tan inocente… pero tan tonta como para haber estado por esos sectores tan peligrosos. Sé perfectamente que ahí es donde vivo, y no me enorgullezco de eso. Me pregunto, que hubiese hecho si aquellos tipos hubiesen aprovechado de ella… no lo permitiría, ni lo soportaría. Se supone que yo soy su único enemigo, yo soy el único que le puede hacer daño, el único que la puede tocar. Sé que es abusivo de mi parte… pero creo que es la primera vez que odiaba tanto a alguien, tanto, que me obsesioné con ella. Al fin y al cabo, era mucho más fácil odiarla que amarla… pero siempre me preguntaré a mí mismo, si ella en verdad sabrá la razón de mi obsesión hacia ella. Creo que es la única persona que pasa tanto tiempo dentro de mi mente, ni siquiera pienso tanto en mi hermana, siendo que somos familia… Hay Miley… sigues teniendo el control…”
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