Jesse POV:
“No entendía lo que sucedía, solo sabía que Avril no se encontraba bien; razones suficientes para que mi corazón se desesperara. Conducía a gran velocidad por las calles de Boston para poder llegar a la humilde casa de mi novia. En cuanto llegué, bajé corriendo hasta su casa, sin siquiera decir pío; mi corazón pedía a gritos sentir la presencia de Avril. Golpee fuertemente la puerta y todo lo que vi, rompía mi corazón, cada vez un poco más. Clara estaba de rodillas sobre el piso, sosteniendo a Avril sobre sus piernas lanzándole aire y aflojando sus pantalones. No entendía lo que sucedía, pero si sabía que Avril estaba desmayada, sino, Clara no le haría las técnicas de relajación para desmayos”
-Clara, ¡¿qué haz hecho?!- pregunté indignado a mi hermana, mientras me acercaba más a ellas. Tomé el cabello castaño claro de mi novia y lo acaricié sin dejar de mirar a mi hermana.
–Es solo que… creo que ya sabe algo de la historia- achina los ojos y agudiza la voz, como lo hace habitualmente cuando mete la pata.
La miré perturbado y me puse serio –Clara, ¿qué verdad?
–La verdad sobre Jessica.
“El siguiente acto que realizó Clara fue morderse el labio y mirarme a los ojos como decirme, lo siento. Mi cabeza se había llenado de pensamientos locos y sabía que cualquier cosa que haría, terminaría en empeorar la situación. Nos quedamos en silencio sin dirigirnos ni la palabra ni la mirada. Recosté a Avril en su cama y la arropé; me encargué de velar su sueño y su salud; rogué a Dios porque Avril me perdonara y porque me entendiera, era tan solo un niño. Han pasado 4 años, y yo tenía 15 años cuando conocí a Jessica, ella era un mundo para mí. Fue un día soleado y salí de la escuela, recuerdo perfectamente ese día porque supe en ese momento que tenía una hermana, Clara; entonces ahí la veo, con una bella sonrisa y sus cabellos dorados, vestida de una falda muy corta. Ella también salía de la escuela. Comenzamos a hablar de a poco y un día la besé y después la besaba más y más… entonces le pedí ser mi novia, ella me aceptó. Estuvimos juntos por unos… 3 o 4 meses juntos, entonces tuvimos relaciones sexuales, y el punto es que la había embarazado, seríamos padres. No lo podía creer, íbamos muy rápido y al fin obtuvimos nuestra consecuencia. Un hijo, un hijo propio, ¡Apenas tenía 15 años, con suerte podía cuidarme a mí mismo! Pero no podía dejarlos solos, eran míos. Pero entonces cada vez más la tensión aumentaba, con el embarazo, Jessica se ponía cada vez más irritante y yo menos tolerante. Ya no nos besábamos ni nada, nos tratábamos horrible, y de eso, en una pelea horrible ella comenzó a empujarme y empujarme; y yo quise detenerla sujetándole el brazo pero sin querer la empujé haciéndola caer. Cuando me di cuenta de lo que sucedía, quise ayudarla para levantarse pero entonces ella huyó corriendo. Había intentado llamarla todo este tiempo, pero… nunca obtuve respuesta de ella o de mi hijo, ni siquiera sé si están vivos, pero siempre rogué para que Dios los cuidase. Nunca se lo revelé a nadie, digo aparte de papá, Clara y Nicholas, jamás se lo revelé a nadie, sin embargo, todos comenzaron a conocerme como mujeriego y el chico que juega con las mujeres, y con el tiempo… en eso ya me había convertido. Había pasado un tiempo y por fin comencé a estar con chicas, pero esta vez, mis pensamientos hacia ellas habían cambiado, solo me importaba tener sexo y pasar el rato, pero nada sentimental… entonces apareció Avril en la historia, y ya todo había cambiado. Es raro, lo sé, pero… comenzaba a sentirme raro cada vez que estaba con ella, por el momento solo quería acostarme con ella, la veía cada vez más hermosa, la verdad siempre lo fue, pero… no podía dejar de pensar en ella, y eso me molestaba. Si íbamos a ser honestos, entonces había llegado el momento de decir que estaba asustado, asustado de haber vuelto a amar y volver a perderlo todo.”
Ya era de madrugada y Clara dormía como los angelitos, besé su frente y la tapé con mi chaqueta de cuero. Me senté a un lado de Avril, y tomé su mano. Comencé a hablarle. –Amor, por favor… despierta.
Entonces sentí que Avril movía sus piernas lentamente y sin presión, mi corazón se había acelerado, estaba despertando.
-Avril, amor…
-¡No!- gritó desesperada, aún con la visión borrosa y confusa -¡Quiero que te vayas!- intentó levantarse, pero tambaleaba como borracho. Fui a socorrerla, pero con una fuerza brutal, logra empujarme lejos. Clara pudo despertar y de la tensión, se levantó –Quiero que se vayan los dos, ahora.- dijo seria.
-Amor, por favor déjame explicarte…
-No y no quiero que me digas amor. No quiero ser una más en la lista de las conquistas, o peor, tener un hijo contigo o ser golpeada por ti.- lo último que dijo fue utilizado por un tono más… atemorizado.
-Bien…- miré a Clara –Vámonos, papá debe estar preocupado.
-Pero…
-No reclames y solo vámonos.- Esperé hasta que Clara saliera para poder acercarme un poco a Avril. Mi postura estaba derrumbándose y mi ego caía con eso –Todo lo que hice, fue antes de conocerte, cuando era un niño.
-No sé si pueda confiar en ti de nuevo, Jesse. Así que por favor vete antes de que ambos terminemos más dañados de lo que ya estamos- Vi como esos ojos azules se llenaban de lagrimas, con el sentimiento de amargura y temor.
-Por favor, no me odies.
-No lo hago, pero necesito y quiero que te vayas.
“Sin reclamar más, salí rápido de la casa de mi… ya no sabía que éramos. Caminamos hasta mi auto, y solo puse la llave. Pasaron unos minutos y yo no tenía cabeza para poder en marcha el auto. Clara tocó mi hombro y me reconfortó, finalmente la pude ver a los ojos.”
-Jesse, si me odias juro que lo entiendo pero si te pido que no lo hicieras, yo…
-No te odio Clara.
Me miró extrañada por varios segundos entonces me dice -¿Qué clase de hombre eres tú?
-La clase de hombre que al fin sabe que es lo qué quiere. Y si no hubiese sido por ti…
-Ustedes seguirían juntos…- baja la cabeza triste y culpable.
-Yo no hubiese tenido las agallas para poder decirle. En su momento, si me enfadé y mucho, pero algún día debía enterarse…- suspiré por un largo rato y abrí los ojos con poca fuerza. –Pero ahora no sé si ella me perdonará.
-Lo lamento, creo que fui muy egoísta… ustedes si son el uno para el otro.
-¿Y eso de qué sirve ahora? Ya todo está perdido.
-No, no todo. Avril estaba cansada por lo tanto no usó toda la racionalidad y… Por favor… ¡Eres Jesse Adams! Nunca te das por vencido con las chicas.
Ambos reímos y nos abrazamos. Besé su frente y me di cuenta que Clara siempre me hacía seguir con la vida, digo… si, siempre me traía problemas pero ambos nos entendíamos –Bueno… a casa.- dije finalmente, poniendo en marcha mi auto azul.
Rose POV:
“Habían pasado 3 días desde que Eric había llegado a casa, pero aún así, no había podido hablar con él. Yo nunca estaba de día, pasaba mucho tiempo con Evelyn, y él nunca estaba de noche. Apenas dormía, pensando que podría encontrármelo en mi habitación y que él tan solo me sonreiría, no necesitaba nada más. Todos los días me preguntaba como era posible que hubiéramos llegado hasta este punto, fuimos tan fuertes algún tiempo pero ahora todo había cambiado, todo. Por lo menos, había pasado vario tiempo distraída en planear una venganza para Nicholas y pasar el rato con Leticia, ambas nos convertimos en grandes cercanas; no me molestaba hablar temas penosos con ella. Y ahí me encontraba, en pijama y mirando la ventana para ver como las brillantes estrellas me llevaban fuera de órbita. Mis pensamientos iluminaban tan solo una cosa, Eric… y mientras lo recordaba con buenos recuerdos, lo veo ahí fuera de la casa, empujando la llave para entrar. Mi corazón se aceleró y lo único que se me ocurrió por hacer fue ir corriendo a abrirle la puerta.
-¡Eric!- grité su nombre y lo abracé tan fuerte que ya veía que sus ojos se saldrían. Esperaba que por último me abrazara o me dijera algo, pero él se mantuvo con su postura fría y seria, sin recibir nada de lo que yo le entregaba libremente. Me separé de él y lo miré confundida a los ojos -¿Ocurre algo?
-Nada, lo siento… que bueno es volver a verte- entró a la casa sin dirigirme siquiera una mirada o una sonrisa. Me sentía como una basura para él.
-Si estás enojado porque me fui sin siquiera despedirme de ti…
-¡Qué no pasa nada!- grita harto de situación, haciéndome cambiar mi concepto hacia él. Subí corriendo las escaleras sin poder evitar que mis lágrimas salieran. Estaba triste, ya no podía confiar en nada ni en nadie ahora. Estaba perdida.
“No pude cerrar el ojo durante toda la noche, y necesitaba dormir pero la forma en que Eric me trató me hacía llorar cada vez más, no sabía si iba a poder seguir luchando contra algo que no tenía sentido. Al día siguiente desperté con mucho sueño, por mí no me hubiese levantado, pero había quedado de acuerdo en que al fin daríamos a luz en plan que tenía con Evelyn para hacer a Nicholas caer, eso era algo imposible de ver, y algo que me daba más ánimos para poder seguir con el día a día. Me desnudé frente al espejo y me vi a mi misma reflejada sobre él, me preguntaba que habría hecho en mi vida anterior como para ser tan herida en la vida actual. No le di más vueltas al asunto y me metí a la ducha para bañarme con agua helada. Al principio dolía, pero me ayudaba a pensar. Me vestí rápidamente, pero me di todo el tiempo del mundo para alisarme y maquillarme. Quería verme bien para una hermosa venganza. Me despedí de mis padres por un largo rato ya que se irían de viaje por unos días, y me fui.
Llegué hasta donde estaba Evelyn y nos saludamos como buenas amigas.”
-¿Y bueno…?- preguntó ansiosa Evelyn, mordiéndose el labio inferior -¿Estás segura de que si lo haremos?
-Si, Evelyn… te he dicho miles de veces que si lo haremos. Ano ser que quieras ser más pisoteada por un hombre.
-Ok ya entendí…- suspira –Hay que hacerlo.
-Bien…- esperé para que Evelyn se perdiera entre la multitud del restorán para que yo pudiera hacer mi jugada final. Entonces encontré a un chico muy guapo y me acerqué a él -¿Me harías un favor?
Me mira de pies a cabeza y se levanta de la silla para poder tener un contacto mejor –Si es para una belleza como tú, seguro…
Me sonrojé y bajé la mirada un poco, en verdad era un chico guapo, alto y hasta irresistible –Ok, mira… es que quiero demostrarle a mi novio, y futuramente ex novio que no se puede jugar conmigo, ¿bien?
-Oh…- dirigió la mirada al techo e inmediatamente me volvió a ver con sus ojos café –Ya entendí… quieres que te bese frente a él y fingir que somos novios pero solo por hoy, ¿no?
-Si, por favor…- le rogué suplicante.
-Bien, vamos.- tomó mi mano y yo inmediatamente lo miré confundida, él me devolvió la mirada y dijo –No todos los días eres novio de una belleza como tú.
Reí fuerte y lo miré tierna –Hay… basta, se lo dices a todas.
-La verdad… si, pero esta vez es distinto.- dibuja una dulce sonrisa en su rostro -¿Cuál es tu nombre, belleza?
-Rose Stone, ¿y tú?
-Sean Franklin, y bienvenida a mi restorán.
-¿Esto es tuyo?- pregunté tan asombrada que llegué a abrir mis ojos como plato.
-Pues… en verdad es de mi familia, pero una parte si es mía. Tengo 17, ¿tú cuántos?
-16, no eres tan mayor…
-Solo de edad, de estatura pareces una enana.
-¡Oye!- le reclamé en tono de broma y nos pusimos a reír. Habían pasado unos 30 minutos y por fin cuando veo la puerta de entrada, veo a Nicholas entrar con Jesse. –Ya es hora de la actuación- le dije nerviosa.
-Bien… quiero probar esos enormes labios rojos- me aseguré de llamar la atención de Nicholas y hasta que la conseguí, me acerqué más a sus labios y los tomé desprevenidos. Me ahogué en su boca y él parecía como un feroz cazador asesinando más y más a la presa, claro que en el buen sentido. Me encantaba este beso, era tan salvaje y atrevido, algo fuera de todos mis prejuicios. Me había perdido en el beso, pero me di cuenta del verdadero propósito, así que dejé de besarlo y busqué a Nicholas con la mirada. Ahí estaban los dos, sin poder creer lo que veían. Nicholas tenía una mirada como queriendo decir que fue estafado. Él caminaba hasta nosotros lleno de odio en sus ojos.
-¿Qué es esto?- preguntó furioso.
-¡Ah! ¡Nicholas!- sonreí “emocionada” por volver a verlo. Me levanté de mi silla y lo abracé, haciéndome la tonta, obviamente –Nicholas, te presento a Sean, mi novio. Sean te presento a mi buen amigo, Nicholas.
-Un gusto- dice Sean alzando su copa de vino, con una esplendida sonrisa.
-¿Qué? Rose, tú eres mi novia, y ahora mismo nos vamos.- apreta fuertemente mi brazo, lastimándome.
-Pero, ¿qué sucede, Nicholas? Esta clase de mentiras son validas para ti, ¿no?
Su rostro se apretó un poco más, y las gotas de sudor por el nerviosismo comenzaban a caer –No entiendo lo que quieres decir.
-¿A no? Bien, aquí te lo enseño- tomé la mano de Nicholas y lo llevé hasta la mesa donde estaba Evelyn y llegamos en el momento preciso. Vimos como Evelyn se besaba apasionadamente con otro muchacho, muy guapo por cierto.
Nicholas la miró más enojado, confuso y triste que a mí, algo que me dolió. Sin pleno aviso, Nicholas golpea al chico con el que se besaba Evelyn, y aquí comenzó el espectáculo. -¿Cómo pudiste haber hecho esto? ¡Pensé que me amabas!- gritó implacable.
-¡Yo si te amaba! Antes de que encontrara a la otra mujer que supuestamente también amas- en ese momento me apuntó con el dedo. Finalmente, Nicholas entendió todo lo que habíamos hecho.
-Chicas… Rose, Evelyn…- nos mira desamparado a ambas.
-No digas que lo sientes- le dije dura.
-Y que ni si te ocurra pensar en que alguna de nosotras volverá contigo- se incluyó a la conversación, Evelyn.
-Porque, estamos rompiendo contigo, ¿lo entendiste?- lo dijimos al mismo tiempo.
-Por favor no me hagan esto- rogó con una postura de cachorro triste.
-Y paga las cuentas- nos fuimos rápido de ahí. En cuanto ya estábamos a calles lejos del restorán, Evelyn y yo intercambiamos miradas y finalmente nos reímos. –No puedo creer que hayamos hecho esto.
-Ni, yo… pero él se lo merecía, por habernos hecho sufrir, ¿no crees?- pregunté sinceramente.
-Si, pero sé que es algo tonto… pero en verdad lo amaba…- bajó la mirada.
-El amor es lindo por un momento, pero luego te envenena el alma y te hace sufrir más de la cuenta- me puse mis gafas como chuca dura y le eché un último vistazo –Nos veremos pronto, Evelyn- caminé lejos de ella sin mirar atrás.
“Me sentía bien hasta el momento, pero algo me faltaba, entonces pasé por la casa de Avril y entré. Miré alrededor y por lo menos el primer piso parecía desocupado, así que subí el segundo piso, cuando iba a golpear la puerta de Avril; vi que Avril no estaba sola, no, estaba con Eric. Pensé… que si me quedaba allí sería de maleducados, pero… nunca me creí de la realeza, así que ahí me quedé.”
-Pero… ¿cómo fue eso de Jesse?- preguntó ingenuamente, Eric.
-No lo sé, Clara me lo dijo, y en cuanto terminó… me desmayé. Fueron muchas las emociones que sentía, me sentía perdida.
-Es un… es un…- intentaba encontrar la palabra, impotentemente.
-Es un chico inmaduro, lo sé. Pero aún lo quiero, es solo que… no sé si creerle o no.- baja la mirada.
-Pero… ¿qué me dices sobre nosotros?- preguntó con un tono sensual, acercándose más a la boca de Avril, algo que me dolía ver, pero que no planeaba de perderme de vista.
Avril solo se dignó para reírse y acercarse más a él, sosteniéndole la boca –Que no se te olvide, que yo estoy enamorada de otro y tú de otra.
-Ya lo sé, es solo que… sabes que es algo imposible.
-Nunca dejes de intentarlo, apuesto que ella también te quiere.- En ese momento, sin querer me tropecé con la alfombra y caí en el cuarto de Avril. Ambos me miraban inquietos, y yo no sabía que decir o pensar.
-Rose… ¿qué haces aquí?- preguntó Eric, confundido.
-Vine a ver a mí supuesta mejor amiga, pero me encontré con mi encantador hermano.- fingí una sonrisa y me levanté del piso. Miré a ambos duramente -¿Quién es esa chica a la que amas?
-Eso no te incumbe- me respondió Eric.
-¡Claro que me incumbe!- golpee la puerta –Soy tu hermana- comencé a llorar –Y lamento que lo nuestro haya sido un error para ti, pero eso ya está en el pasado, y necesito a mi hermano de mi lado.- lo miré fijamente a los ojos -¿Qué pasó en ti para que te hiciera odiarme?
-No te odio, Rose…
-¿Entonces por qué cada vez que hablamos me haces sentir como basura?- le pregunté dolida.
-Yo mejor me voy- dijo Avril, incluyéndose.
-No tú no te vas- dije seria –Si Eric no me dice quién es la chica que le gusta, entonces tú lo harás.
-Rose no me puedes obligar a hacer eso- me dijo Avril.
-O claro que si, sino quieres que Jesse sepa que tu padre es un agente secreto del FBI ahora exiliado.
-No lo harías…
-¿Quieres probar? No eres la amiga que creí que eras.
-Ni tú la mía- mira a Eric –Haz algo, o dejarás que la identidad de mi padre quede encubierto.
-Yo…- me mira directo a los ojos, serio –Yo no te quiero Rose, la verdad si fue un error haber tenido un pequeño romance contigo, no sé en qué pensó mamá cuando te…
-¡Eric!- gritó Avril, transmitiéndole un mensaje secreto a través de la mirada.
-En qué, Eric… termina lo que quisiste decir.
-En cuanto te tuvo, todos estábamos muy bien sin ti. ¿Y sabes otra cosa? Amo a Clara.
-¡Bien! ¡Perfecto!- grité furiosa –Lamento haber aparecido en tu vida y quitar de tu tiempo. No volverás a saber nada de mí, eso te lo aseguro. No te quiero volver a ver- me fui corriendo furiosa.
-¡Bien! Corre y vete…- cruza los brazos.
-Eric, ¿te das cuenta de lo que pasa?
-Pues…- abre los ojos como plato y mira temeroso a Avril –No… Por favor, no…- corre en la búsqueda de Rose.
Eric POV:
“Perseguí a Rose hasta la casa, intentaba hablarle, intentaba razonar con ella y conmigo mismo pero siempre peleábamos más. Entonces esperé en el living para poder hablar con ella. Preparé la cena y me preparé para disculparme con ella, sé que me había pasado de la raya, pero no podía decirle la verdad, se lo prometí a mamá. Pero entonces ella salió de su cuarto, y casi me da infarto lo que vi…”
-Por favor dime que si traes una maleta es porque se te ocurrió ir a dormir al cuarto de nuestros padres- le dije asustado.
-No Eric, ya lo decidí. Me voy, y no por mí ni porque me siento mal, es por ti. Porque sé que no te puedo tener y eso me hiere, pero ya no más, porque si estamos lejos, podremos pensar mejor las cosas.
-Rose, por favor no…
-Tú mismo dijiste que nadie me necesitaba aquí, y yo no necesito nada de nadie aquí. Pero… por favor dile a nuestros padres que los amo mucho, ¿si?- no pude ser capaz de decir media palabra para pedirle que se quedara, me sentía como un cobarde, poco hombre.
A los cinco minutos después me había dado cuenta que ella se había ido, y no podía hacerla volver. Me senté en el sofá y recogí una foto de nosotros dos y solo se me ocurrió besarla sobre el retrato. –Yo si te necesito…- dije triste, dejando al fin mis lágrimas correr.
___________________________________________
Lamento la demora, estuve pasando algunos momentos difíciles, pero ya todo solucionado ;)
No hay comentarios:
Publicar un comentario