-Si me amas como la hermana mayor que soy para ti, entonces
dejarás de trabajar para ese hombre y me darás el puesto para que yo pueda
trabajar como su asistente.- gritaba Miley, casi violenta al dirigirse a su
hermana Demi, quien simplemente le miraba como si estuviera loca, pero que a la
vez le daba tiempo para pensar en un buen discurso.
-Miley, no dejaré mi empleo por una patraña tuya. ¿Tienes
idea de lo que cuesta en trabajar en una empresa del Señor Alessandri?-
preguntó.
-¿Señor? Oh vaya no me dio la impresión de que lo
consideraras como un señor cuando estabas apunto de besarlo.
-¡Basta ya Miley, no quiero escucharte más!- le gritó aún
más molesta que ella, mientras abría la puerta para pasar a su cuarto. –Y ponte
algo de ropa, que se te ve la cicatriz del parto de Nicky.- le dijo indignada,
y finalmente se fue y puso de su música a todo volumen para no oír lo que Miley
pudiera decir.
Miley estaba molesta, devastada y al mismo tiempo,
sorprendida. Quién diría que su hermana trabajaba para su gran amor, y que
encima tenían algo más que una relación de trabajo. No podía permitirlo, no
estaba dispuesta a que su hermana menor se quedara con el hombre que ella había
amado primero, cuando ella recién era una jovencita entrando a la edad de los
amores. No, debía hacer algo, y por su fama, sabía cómo hacerlo.
Entonces, miércoles por la mañana y Demetria , como lo era
de costumbre, se había levantado temprano para ir a su trabajo para que Nicholas
no se enfadara. Decidió olvidar el dramático episodio que se había vivido el
día anterior con Miley, y seguir como si nada, por lo que había decidido ir a
servirle un rico desayuno. Pero la sorpresa fue grande cuando abrió la puerta
del cuarto de Miley y Nicky y no había encontrado a nadie; el departamento
estaba desierto, solo Demetria estaba allí.
¿En verdad se habría enojado? Se preguntaba Demetria
constantemente, y fue entonces cuando ella misma se contestó y recordó lo
enfadadiza que podría llegar a ser a veces Miley con la gente cercana a ella.
Sin embargo Demetria fue más interesante y simplemente hizo la rutina de todos
los días, y luego se marchó a la empresa, o sea su lugar de trabajo.
Nicholas en cambio, estaba hecho furia, aún en su cama, ni
tampoco tenía intención en levantarse, pues los miércoles normalmente no iba a
trabajar. Cómo era posible… que Miley haya aparecido en un momento tan
inoportuno como ese. Al menos había comprobado que Demetria y Miley si eran
hermanas, y que ambas eran muy hermosas pero en distintas áreas, y lo peor de
todo, era que Miley seguía ganando.
Se veía tan hermosa, decía él dentro de su cabeza, ese
seductor bikini se veía como si hubiese sido hecho única y exclusivamente para
ella, y a pesar de que hubiesen pasado más o menos 4 años, se veía bastante más
joven y bella que la última vez que la vio, aquella vez que le robó todo hasta
el orgullo. Pero no, esta vez debía ser más inteligente que ella, y no dejarle
volver a entrar a su vida, aunque eso implicara en destruir su propia vida.
Ahora Nicholas se encontraba en una encrucijada, sabía donde
vivía Demetria, y por esas malditas cosas de la vida, Miley también vivía con
ella, por lo que Nicholas pondría sus manos al fuego que en más de alguna
ocasión sus nervios lo engañarían y le harían conducir hasta aquel inhóspito
lugar. Estaba tan perdido, que ni siquiera tomando 10 copas de champagne le
podrían borrar la memoria.
Cuando Demetria entró a la empresa, vio a una joven esbelta
y bastante arreglada, incluso con un hermoso conjunto formal de una formal de
una falda y blusa ajustadas. Demetria abrió un poco su boca, dejando ver una
expresión sorprendida y algo molesta, dejó salir un suspiro, y entonces fue
hacia donde se encontraba aquella mujer.
-¿Qué haces aquí?- preguntó Demetria, firme.
-Vine a pedir empleo, hermanita.- le respondió ella, con un
tono serio y formal, pero luego le dedicó una sonrisa sínica.
-Pero tú… tú no puedes…
-Sí, si puedo. Tú eres la asistente personal de Nicholas,
¿no? Entonces todos confiamos con tus
capacidades y confiamos en que no mezcles lo sentimental con lo laboral.
Demetria se veía en serios aprietos, Miley estaba actuando
fríamente, bueno… igual que siempre, solo que esta vez si le estaba molestando
lo que podría estar planeando Miley al querer trabajar allí, precisamente donde
estaba ella y Nicholas. Esto era claramente un plan macabro para quitarle el
protagonismo que ella se había ganado en su propia vida.
Ambas hermanas caminaron por lo largo de un pasillo
desierto, donde la atmosfera que se respiraba era tan tensa que incluso se
podía sentir un aura maligna que se desataba en aquel lugar. Miley caminaba
como una Diosa en una pasarela, dejando boquiabiertos a cada uno de los
presentes, incluso en más de alguna cabeza masculina llegó el pensamiento de
que Demetria podría llegar a ser sustituida, y ser la nueva “ex”
-Señor Alessandri.- habló Demi, dirigiéndose formalmente al
hombre que yacía sentado en la silla forrada en cuero, quien dirigía la mirada
hacia la ventana que estaba tras él.
-Dígame.
-Se ha postulado una nueva señorita para el puesto de
secretaria. Sus papeles están limpios, excepto por algo casi insignificante…
-Si no está totalmente limpio, entonces no puede ser mi
secretaria. – Miley sintió como una bala atravesaba su pecho, a pesar de
mostrarse fuerte y decidida en esos momentos, había una constante guerra entre cabeza y corazón en esos momentos. -Sin embargo… hay una vacante para
oficinista, Selena ha renunciado luego de haber quedado embarazada. Algo
bastante vergonzoso para una chica que ni siquiera ha terminado la
preparatoria.
Miley entendía lo que se sentía estar en esa situación, ser
responsable de alguien más cuando aún no se lograba cuidar de uno mismo. Por
supuesto que lo sabía, luego de haber quedado embarazada del hombre que estaba
frente a ella, y que sin embargo se sentía como si estuvieran a miles de
kilómetros de distancia.
-Así que si a la señorita no le importa ese puesto, lo puede
tomar.
-Lo tomo.
-Demetria, llévala a que firme todo el papeleo, a contar de
mañana la quiero trabajando aquí.
-Si señor Alessandri. Vamos.- le dijo a Miley, caminando
delante de ella y llegando a la puerta.
-Espera un momento.- le interrumpió Nick. –Me gustaría
hablar con ella por un momento, solos.
-Claro jefe.- respondió Demetria formalmente y entonces los
dejó a ambos solos.
-Así que… al fin y al cabo, si te acuerdas de mí.- dijo
Miley, pronunciando ese tono tan seductor que era propio del “Demonio”
-¿Recordarte? Robaste todos mis bienes, mi dinero y mi
orgullo…- Nicholas apretaba sus mandíbulas lo más que podía, mientras que con
ese tono frío y calculador hacía que un frio soplo de aire recorriese desde la
punta de los pies hasta sus cabellos rubios el cuerpo de Miley, la esbelta
mujer que se encontraba de pie frente a él, quien lo observaba aunque él no se
dignara mirarla a la cara.
-No fue algo que yo haya querido hacer, era algo que debía
hacer para existir. En aquellos tiempos, lo único que me interesaba era poder
existir, aunque no quisiera mi vida en absoluto, y entonces apareciste tú. Un
millonario, no tan famoso, pero que me serviría de algo. Con el dinero que pude
sacar de ti, me ha servido para poder vivir en todo este tiempo.
Cada cruel palabra que Miley decía, refiriéndose al por qué
le robó su dinero, le dolía enormemente a Nicholas. ¿Qué importaba si Miley
ocupaba ese dinero para las apuestas u operaciones? A Nicholas no le interesaba
en absoluto, solo le interesaba por qué jugó con él, y por qué no pudo haber
visto a través de sus ojos, que él realmente la amaba, sin importar la
situación en que estuviese, él la amaba, pero al parecer, nunca le importó.
-Solo vete. Tienes el empleo, te han tratado bien y podrás
ganar dinero, que al parecer era lo único que te importaba, pero lo único que
te pediré es que no te acerques a mí, que me da repugnancia tu presencia.
Miley fingió una sonrisa, y a pesar de que estaba apunto de
romper a llorar, su orgullo no se lo permitía, así que decidió seguir jugando. –Como
usted diga, jefe.- dichas estas palabras, Miley caminó hasta la salida, y cerró
la puerta de la oficina de Nicholas, lo que éste aprovechó para lanzar un
amargo suspiro.
-Êtes toujours dans mon esprit, le rat sacrament- exclamó
Nicholas, apretando su mano, dejándose marcas a causa de la ira que sentía en
ese momento, por culpa de esa mujer que tanto odiaba, y que sin embargo, era lo
más preciado que alguna vez había conocido.
A pesar de que Miley estuviese bastante triste por el odio
de Nicholas hacia ella, ella debía seguir estando de pie, y seguir con sus
planes, todo para su pequeño hijo, que no tenía la culpa de nada en absoluto.
Demetria la llevó hasta su puesto de trabajo, y no cambió su actitud seria en
ningún momento, lo que hacía que se viera chistosa para Miley, que en más de
algún momento soltó una carcajada debido a esto, y la situación terminando en
que Demetria siempre la regañaba por su imprudencia.
-¿Ya te vas a ver a tu noviecito?- le preguntó Miley en un
tono relajado, a Demetria.
-¡Cállate! No es mi novio, y deberías hablar con más cautela
sobre ese tema, los empleados aquí son muy celosos y vanidosos. Ten cuidado con
ello.- dicho esto, Demetria se fue de inmediato hasta la oficina de Nicholas,
su jefe, porque estaba más segura que la terminaría llamando para algo.
Entre todo eso, Miley arreglaba su escritorio con todas sus
cosas, mientras leía todo el papeleo que Demi le había dado. Hoy no empezaría a
trabajar, pero quería dejar listo el escritorio para cuando volviese, además,
le gustaba decorar. En eso, un joven más alto que ella, que venía ni formal ni
casual, pasó de largo cuando la vio, pero entonces se tomó unos cuantos
segundos como para reconocer que era otra novata, de seguro “la próxima ex”
Como no era fea, y se veía que podía ser simpática y
amigable, el joven decidió devolverse y sociabilizar con la nueva chica. Quizá
había una leve posibilidad en que pudiese salvarse, y poder tener algo con él,
en vez del señor Nicholas.
-¡Hola! Supongo que eres una nueva empleada.- exclamando se
acercó a ella, sonriendo de par en par.
-Hola, si, soy la nueva.- le respondió Miley, devolviéndole
la sonrisa.
-¿Trabajarás en este sector? Wow…
-¿Por qué te sorprende?- preguntó Miley, curiosa.
-Porque Nicholas siempre deja a las más bellas mujeres como
a su secretaria o como a su asistente personal.
-Adivino, sus amantes.
-Exacto. Es una verdadera pena, porque una chica que me
gustaba actualmente está trabajando como su asistente personal.
-¿Demi?
-Si, de seguro la conoces porque ella se encarga de todo el
papeleo para los nuevos empleados.- le dijo él, totalmente calmado.
-Bueno si… ella vio ese asunto, pero yo tengo la oportunidad
de conocerla desde hace más tiempo.- de repente, Miley lo observa fijamente
mientras sonreía placenteramente. –Mi nombre es Miley Steven, hermana de
Demetria.
Oh Excelente novela síguela pronto
ResponderEliminarese par de tontos esa Miley celosa hehe me gustoo muchooo los caps sube pronto cuidate.
ResponderEliminarwwwwwwwoooooooowwwwwwww
ResponderEliminarme encanto !!
ojala que nick los vea platicando y se ponga celoso
wuajjajajja
sigelaa
por fis C=
me encanto !!
lo ameee ♥.♥
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola estoy empezando una nueva historia & me encantaria que te pasaras a verla. Aqui te dejo el link http://beforeandafteryou20.blogspot.com/ & por supuesto lindo blog
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